La familia Ballvé baja por tercera vez en seis meses su presencia en Campofrío
Por tercera vez en los últimos seis meses, la familia Ballvé ha comunicado a la CNMV una reducción de su presencia en el accionariado de Campofrío, aunque mantiene una participación mayoritaria en el capital. Arcebal, empresa vinculada a María José Ballvé, ha notificado al organismo regulador que posee un 5,329% de la empresa de alimentación, frente al 6,93% que había declarado hace una semana.
Esta reducción en las participaciones se suma a las comunicadas al supervisor del mercado el pasado 8 de febrero, cuando los Ballvé se desprendieron de un 7% del capital, y la del 17 de agosto de 2004, en la que disminuyeron un 3% el porcentaje de acciones en su cartera.
No ha sido el único movimiento registrado en el accionariado de Campofrío en los últimos días. Según la última comunicación, la Caja de Ahorros Municipal de Burgos controla el 2,932% de Campofrío tras subir su participación en el grupo de alimentación un 0,039%.
La familia Ballvé se mantiene, con todo, como el accionista principal de la compañía, con un porcentaje de acciones declarado del 32,05%, a través de Arcebal (sociedad vinculada a María José ballvé); Kensal (controlada por Carmen Ballvé) y Carbal (vinculada a Pedro Ballvé, actual presidente de la compañía).
El segundo inversor de referencia de Campofrío es la empresa estadounidense Smithfield Foods, que controla desde agosto un 22,4% de las acciones. La familia Díaz, antigua propietaria de Navidul, tiene un 10,58%.
La pasada semana, las sociedades de inversión QMC, un fondo promovido por Nmás1, y Compañía Andaluza de Rentas e Inversiones (Carisa), participada por cajas andaluzas, adquirieron el 7% del grupo, con un coste cercano a los 45,4 millones, según el cierre anterior a la comunicación.
Campofrío, con una facturación anual cercana a 1.000 millones de euros, ha llevado a cabo en los últimos años un proceso de reestructuración que ha supuesto la salida del perímetro de consolidación de la división de frescos Primayor y la venta de Morliny, el negocio polaco.