Temas de moda en el mundo financiero
A finales del pasado mes de enero se anunció el lanzamiento de un fondo de alto riesgo o hedge fund en China, que lleva por nombre, como no podía ser de otra manera, el fondo Dragón. Este producto tiene un objetivo de ganancia del 12% anual con una filosofía de inversión de las denominadas multiestrategia, es decir, que hará uso de un buen número de las estrategias que habitualmente utilizan estos fondos, muy dados a la especulación y a la operativa a corto plazo.
Anecdótico pero al mismo tiempo significativo es que este lanzamiento reúne dos asuntos de primera línea en el mundo de la inversión financiera, al menos en la actualidad. Confluyen en un solo producto China, por un lado, y los fondos de cobertura o de alto riesgo, por el otro.
De un tiempo a esta parte China ha adquirido un papel de extraordinaria relevancia en el mapa financiero mundial, tanto como consumidor y demandante de materia prima como agresivo productor. El ritmo de crecimiento del país asiático, de en torno al 9% anual, está atrayendo flujos de capital y potenciando sus mercados de valores, que poco a poco se incorporan a la senda de la modernidad.
China, según numerosos expertos, está llamada a ser la potencia económica del siglo XXI, superando su producto interior bruto al de Estados Unidos de cara al año 2050. Será en buena parte responsable de que la riqueza, para entonces, se transfiera de Occidente a Oriente.
Y luego están los hedge funds, esas sociedades opacas y de fama especuladora que dan la espalda a los índices de referencia para centrarse en obtener ganancias al margen de lo que hagan los mercados. El furor por los hegde funds es de tal magnitud que muchos Gobiernos europeos, el español incluido, han comenzado a abrir la mano para permitir su comercialización.
Tanto China como los fondos de alto riesgo son activos a considerar como parte de una cartera. Pero sin olvidar que ambos son inversiones de riesgo a las que hay que acercarse con cuidado. Como con todo, diversificando ese riesgo.