Paraísos de piedra y agua
En exuberantes jardines tropicales, en vanguardistas hoteles urbanos o en aristocráticos edificios con decenas de años de historia. Los balnearios y los SPA (salus per acqua) con más prestigio del mundo se presentan en marcos y paisajes muy diferentes, pero todos ellos tienen al menos un elemento en común: el placer que ofrecen a través del agua que emanan de sus fuentes.
Pero la gran pasión actual por el cuidado personal está promoviendo la ubicación de los balnearios mas sofisticados en las grandes ciudades, lejos de las estaciones termales que florecieron en el siglo XIX. æpermil;ste es el caso del Mandarín Oriental, de Nueva York, SPA que combina los masajes y rituales más relajantes y placenteros con la visión desde sus habitaciones de Central Park y el río Hudson. Los precios de los tratamientos y habitaciones son acordes con el lujo oriental de sedas y bambú que se ofrenda en el centro de esa gran urbe; y así una habitación para dos personas está en el entorno de los 1.000 dólares.
Y la máxima reputación también alcanza a Sandy Lane, un hotel ubicado en la isla Barbados que fue frecuentado en el siglo pasado por los Rothschild, Onassis y otros famosos viajeros. Además del golf y sus blancas playas, como SPA cuenta con piscinas y cascadas de aguas termales, masajes orientales, aromaterapéuticos y con sales holísticas.
Pero esos exquisitos lugares no han restado interés a las ofertas de los más clásicos balnearios. Uno de los más emblemáticos está ubicado en la ciudad alemana de Baden-Baden. Allí está Caracalla, en donde se une el efecto medicinal de sus aguas (surgen a temperaturas que van desde los 32 a los 68 grados) con los tratamientos heredados de la civilización romana. Y a la capacidad curativa de las termas se suma además la que aporta la belleza de flores, paseos y estatuas.
Y Széchényi, de Budapest, es uno de los centros más atractivos de un país como Hungría que cuenta con una red de balnearios, generalmente instalados en verdaderos palacios. Y en el termalismo magiar se han aliado la cultura romana con las aportaciones de los otomanos y de otros pueblos. Allí se puede disfrutar de todo tipo de baños: calientes, fríos, de vapor, con lodos. Todo lo que el ser humano ha inventado para deleitarse en el agua.
Masajes chinos y cascadas tropicales
La fusión de culturas ha irrumpido con fuerza en los tratamientos que balnearios y SPA ofrecen para luchar contra el estrés y para mejorar aspecto y salud. Ahora, junto a los más clásicos baños turcos, con aguas medicinales y las saunas, los citados establecimientos han asimilado las técnicas chinas, indias, islandesas o hawaianas. Y , así, con independencia del país del mundo donde estén ubicados, ofrecen masajes con piedras calientes y frías, sofisticados jacuzzis, circuitos acuáticos, chocolaterapia o el aromático baño Cleopatra.Y además algunas de las cascadas pueden recrear la lluvia tropical en Nueva York o en París, o el olor y las propiedades relajantes de flores y el eucaliptus. Y es que para la desintoxicación, estos SPA y wellness recomiendan prioritariamente las diversas variedades que ofrece la hidroterapia, sola o combinada: con algas, fangos, miel, vino, champán, música, colores y tumbonas anatómicas. Y para los más valientes la llamada 'cueva de hielo'.