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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Subidas sin previo aviso

El inversor que no se haya logrado subir a este carro alcista lo observará, probablemente, con desconcierto. Ha llegado cuando la Bolsa daba, oficialmente, síntomas de cansancio, y el flujo de noticias prometía enfriar ánimos. Entonces el Ibex ha encadenado 10 subidas consecutivas.

El coro de expertos, por aquello de guardar las formas, señala que el potencial del mercado es escaso y que es verosímil una corrección a corto plazo. Cuestión de lógica, pues aunque los expertos suelan mover sus precios objetivos a ritmo de Ibex, esperan un tiempo antes de cambiar de opinión. Y si hace 15 días la Bolsa tenía poco potencial, hoy que está un 7% más cara no puede cambiarse el discurso.

La desconfianza del particular viene precisamente de ahí. Los más sólidos movimientos alcistas protagonizados por la renta variable han llegado, en un contexto tranquilo, sin grandes alharacas. Simplemente, la Bolsa se ha puesto a subir.

El inversor asume, pues, que en puridad es demasiado tarde para apuntarse a las compras. Ahora bien, no es menos cierto quien hubiese esperado a tener las cifras en la mano para entrar en el mercado se hubiese perdido la mayoría de los movimientos que han llevado el Ibex 35 de los 5.500 puntos a los 9.500. Tras el rebote de primavera de 2003 se produjo, por ejemplo, una situación de fuerte subida de las cotizaciones que se calificó como 'la burbuja de expectativas'. En realidad lo era, pero las expectativas estaban bien sustentadas y la subida fue sólida.

La aparente disponibilidad de información y el ingente volumen de trabajos llevados a cabo diariamente para desgranar y tratar de prever el comportamiento de los mercados ayudan poco al inversor. En la Bolsa se gana dinero de dos formas. O entrando en un momento cualquiera a valoraciones razonables y con perspectiva de largo plazo o anticipando la tendencia a corto.

Esta última opción es, aparentemente, más sencilla hoy gracias a la mayor disponibilidad de información que conlleva la revolución tecnológica. Pero esta sobredosis de información está disponible para todos los actores del mercado, luego no hay ninguna ventaja relativa. Y, así, el inversor más informado es igual de despistado cuando llegan los movimientos alcistas. Como este.

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