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Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Enfermo y quebrado

David Dingman-Grover, tiene nueve años y un tumor en la base del cráneo que ha ido creciendo con él y ahora tiene el tamaño de una naranja. David llama a su tumor Frank. Hace unos días se ha tenido que someter a una delicadísima biopsia que sólo cinco especialistas en EE UU están dispuestos a hacer.

Con todo, David ha tenido suerte.

Ha tenido la suerte de que sus padres, Bryn y Tiffini, sean personas con imaginación, que han sabido sacar partido de una de las herramientas más sorprendentes de Internet: eBay. En esta tienda virtual a base de subastas los padres de David, que forman un hogar de clase media, pusieron a la venta pegatinas con el lema que guía a su hijo en estos meses: 'Frank debe morir'.

Con esta iniciativa, el caso de David ha trascendido el ámbito de su vecindario y familia, pero sobre todo ha conseguido hacerse con el dinero necesario para pagar la parte de la factura médica que no cubre del todo el seguro de salud que tienen y las medicinas. Además, el médico ofreció sus servicios gratis.

Gracias a las ventas (o más bien 'donaciones') a través de eBay, Bryn y Tiffini están consiguiendo sacar a su hijo adelante sin tener que pasar por un trance por el que pasan muchos estadounidenses cuando están enfermos, que es tener que ser declarados insolventes porque no pueden hacer frente a sus facturas médicas.

La semana pasada se hizo público un estudio de la Universidad de Harvard que concluía que los altos costes médicos son la causa de la mitad de las bancarrotas personales que se declaran en EE UU. Según los autores de esta investigación, no hace falta que sea una enfermedad muy grave la que lleve a alguien a esta situación. En palabras de Elizabeth Warren, profesora de derecho de Harvard y una de las autoras de este estudio, 'no es necesaria una catástrofe médica para crear una catástrofe financiera'.

Más inquietante aún es que el estudio refleja que casi el 70% de las personas que terminan en esta situación tenían seguro médico en el momento de contraer la enfermedad o sufrir el accidente, es decir, que no forman parte de los 42 millones de personas que no lo tienen en este país, en el que el servicio universal de sanidad estatal no existe.

El problema es que, como en el caso de David, en muchas ocasiones el seguro no cubre todos los tratamientos o establece que el beneficiario pague parte del tratamiento. El porcentaje de este copago es cada vez mayor, lo que unido al alza de los gastos médicos y el elevado precio de las medicinas puede suponer mucho dinero.

Otro problema que ha verificado este estudio es que muchas veces la enfermedad o el accidente puede dar lugar a la pérdida del empleo, y sin trabajo, no hay seguro, porque éste lo proporciona normalmente la empresa. Se pierde justo cuando más se necesita. Los seguros individuales son casi prohibitivos para las familias y las pólizas se disparan cuando una persona ya está enferma.

Los analistas de Harvard dicen que estas conclusiones ponen en evidencia las limitaciones de un sistema de seguro médico privado proporcionado por las empresas, algo que desestabiliza a la clase media.

El estudio ni siquiera entra a valorar que cada vez menos empresas, sobre todo pequeñas y medianas, ni siquiera ofrecen el seguro para así reducir sus costes. Pero éste es otro capítulo.

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