El idioma de las máquinas del hogar
Las nuevas máquinas todavía no llegan a pensar como los seres humanos, pero están asumiendo progresivamente funciones propias de ellos. En el mercado existen ya en torno a cinco millones de máquinas tan hábiles como el hombre para transmitir datos a través de la tecnología móvil.
Los electrodomésticos de última generación ya han aprendido a hablar y comunicarse entre ellos, funciones que redundan en un mejor servicio a los usuarios. Afortunadamente, la rebelión de estos artilugios inteligentes únicamente reside en la imaginación de novelistas y guionistas cinematográficos.
Los dos sistemas más utilizados por estas nuevas máquinas, que juegan actualmente el papel de sirvientes domésticos, son el M2M (machine to machine, en inglés entre máquinas), o bien el contacto entre hombre y máquina a distancia, por ejemplo a través del teléfono móvil. Ambas tecnologías posibilitan la transmisión de datos combinando las telecomunicaciones y las tecnologías de la información.
Las informaciones emitidas por una máquina tienen por objeto provocar la reacción automática por parte de otra o la respuesta racional por parte del usuario. Generalmente, se trata de órdenes cortas y concisas que, en muchas ocasiones, utilizan mensajes SMS para detectar cambios, lanzar alertas o informar del estado de las diversas funciones realizadas por la máquina.
Los fabricantes españoles de electrodomésticos han reforzado notablemente sus departamentos de investigación para ofrecer máquinas cada vez más inteligentes. Estas inversiones permiten una generalización progresiva de la oferta de frigoríficos que avisan de la necesidad de reponer alimentos o de lavadoras que advierten de la conveniencia de una reparación a corto o medio plazo. Pero las últimas tecnologías ofrecen muchas más sorpresas.
La empresa vasca Fagor ha desarrollado las denominadas 'lavadoras hablantes'. Están equipadas con un chip que transmite por radiofrecuencia toda la información de la lavadora a unos auriculares que la reciben en forma de mensajes hablados a través de la tecnología inalámbrica Bluetooth. Esta lavadora permite al usuario conocer al instante el programa seleccionado, las diferentes fases de lavado o si el programa ha finalizado, sin necesidad de ir a mirar la lavadora.
Fagor ha desarrollado también una olla a presión que se comunica con la placa de cocción a través de un sistema inteligente de radiofrecuencia que sirve de canal para transmitir los datos de cocinado marcados por el usuario. En realidad, se trata de dos ollas, aunque sólo ocupen el espacio de una. Una vez programados los datos, todo queda en manos de la tecnología Automatic Cooking, lo que permite dedicarse a cualquier otra actividad, despreocupándose totalmente de la cocina.
El grupo alemán Siemens ha potenciado en su planta de Montañana en Zaragoza (la antigua Balay) una nueva generación de hornos y placas de inducción, lo que ha supuesto una inversión superior a los 30 millones de euros.
Las investigaciones, en las que han participado 60 ingenieros aragoneses en colaboración con equipos de las plantas alemanas de Bretten y Tranreut, aceleran el sistema de cocción de las vitrocerámicas, eliminan los riesgos de quemaduras y cuentas con sistemas de seguridad específicos para los niños.
Siemens fabrica también un lavavajillas con display digital que ofrece una completa información sobre tiempos e incidencias del lavado y que puede programarse a través del teléfono móvil o el ordenador.