Saatchi apuesta por la pintura en su colección
El controvertido empresario y coleccionista de arte Charles Saatchi ha decidido empaquetar y guardar en un almacén la cama desecha de Tracey Emin y la vaca troceada de Damien Hirst. El tiburón flotando en una urna con formol de este último artista, comprado por 70.000 euros en 1991, logró venderlo hace unos días por 10 millones. Estas obras, que han ocupado las salas principales de la Saatchi Gallery en los últimos años, han sido sustituidas por una muestra de 50 pinturas de artistas como Martin Kippenberger, Peter Doig y Marlene Dumas.
El triunfo de la pintura es el título elegido por el multimillonario británico para una serie de tres exposiciones programadas este año, cuya primera fase se inaugura hoy y que, en sus palabras, examina la obra de algunos de los pintores contemporáneos más influyentes.
Algunos críticos han ironizado sobre la repentina conversión de Saatchi a la pintura tras su papel promotor del movimiento BritArt, calificado por los más airados como 'broma nacional y basura conceptual'.
Pero a Saatchi parecen resbalarle estas opiniones y afirma que su museo, tras un periodo en el que la fotografía, el vídeo y las instalaciones han recibido especial atención, quiere dar un giro hacia la pintura, ya que 'continúa siendo la forma más vital y relevante que los artistas eligen para comunicarse'.
Las salas de la Saatchi Gallery mostrarán hasta mayo obras como el Autorretrato de Kippenberger, en la que se ve a sí mismo con total falta de vanidad (gran barriga, grandes calzones y un globo azul tapándole la cara). La obra pertenece a una serie de 1988 de este pintor de culto que nunca quiso ser asociado con ningún estilo y que murió prematuramente en 1997.
También se puede contemplar la serie Café Deutschland, de Jörg Immedorf, en la que el artista narra la transformación política de Alemania en el siglo XX. Especialmente desasosegantes son los cuadros de Dumas con imágenes que aluden a la explotación sexual de niños. Y Peter Doig muestra escenas de una naturaleza onírica con influencias de Cezanne, Monet y Matisse.