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Laboral

El secreto de Reino Unido en la luha contra el desempleo

A no ser que seas una reina, para encontrar empleo en el Reino Unido tienes que buscarlo'. Esta es el nítido mensaje que lanza Bill Wells, un técnico del Ministerio británico de Trabajo y Pensiones. Este mensaje resume también la esencia de la profunda reforma laboral que inició hace ya ocho años el Gobierno laborista de Toni Blair cuando llegó al poder. Hace diez años el número de parados rondaba los tres millones y hoy se ha reducido a 1,4 millones, la menor cifra desde 1975. La tasa de paro sobre la población activa es inferior al 4%, lo que significa pleno empleo.

Desde que se puso en marcha esta reforma, vivir de la prestación por desempleo en el Reino Unido sin buscar trabajo es bastante difícil. Los 800.000 perceptores de ayudas por desempleo deben acudir cada dos semanas a las oficinas de empleo y demostrar a un funcionario que han buscado trabajo. Para ello deben aportar documentación de las entrevistas que han realizado o las solicitudes enviadas, de lo contrario el Estado les retira la prestación.

Para poder hacer esto, el Gobierno dado un profundo lavado de cara a las oficinas de empleo. En 2002 las viejas agencias públicas de empleo y de prestaciones se unificaron en los Job Centre Plus. Se trata de modernas oficinas enmoquetadas y diáfanas donde los parados encuentran pantallas de ordenador conectadas a una red informática que ofrece 10.000 ofertas de empleo al día, todas ellas con información sobre el salario, la jornada, los requisitos exigidos, y todo ello se puede imprimir apretando un botón. La mayoría de las ofertas son para el Reino Unido pero también para el resto del mundo. La pasada semana podía encontrarse una oferta para ser 'mago con experiencia en Salou (España) con un salario de 215 euros semanales y una jornada de 48 horas en seis días'.

Los funcionarios hacen un seguimiento personalizado de todas los perceptores de prestaciones por desempleo y les facilitan formación, según los casos. Pero alguna vez el funcionario debe retirar la prestación al parado que no pruebe que busca empleo con suficiente empeño. Para eso, estas oficinas mantienen despachos cerrados donde lidiar con 'clientes conflictivos', explica David Keogh, director del Job Centre Plus del barrio londinense de Brixton. 'Hemos conseguido que 80% de los perceptores de la prestación consigan trabajo antes de nueve meses', precisa Keogh.

Toda esta reforma ha sido acompañada de una fuerte campaña desde el año 2000, del Ministerio de Industria y Comercio para flexibilizar el mercado de trabajo con un lema: 'trabajar de forma inteligente, para no trabajar más horas'. La nueva norma hace que los empresarios 'tomen en consideración las propuestas de los trabajadores para flexibilizar su jornada, siempre que sea razonable', indica Anne Stuart, del Ministerio de Industria. Un fondo público de 10,5 millones de libras ha financiado un equipo de consultoría que incentiva a las empresas a aceptar jornadas flexibles.

'Cuando los empresarios empezaron a ceder y vieron que la jornada flexible no era una amenaza, la concesión de estos horarios ha sido como una bola de nieve', dice Stuart. Ahora 9,3 millones de trabajadores, de los 24 millones existentes, tienen algún acuerdo individual de jornada flexible, el doble que hace tres años.

La foto que ya es historia. En noviembre de 1998, el príncipe Carlos de Inglaterra se prestó con humor a protagonizar una parodia de la famosa película británica The Full Monty, que relataba las desventuras de un grupo de parados. Las viejas oficinas de empleo de Sheffiel, donde fue rodada la película, han dejado paso a los modernos Job Centre Plus.

'Hot desk' para funcionarios

El furor de hacer jornadas flexibles en Reino Unido ha llegado al sector público. Esto ha llevado a implantar entre algunos departamentos de funcionarios una fórmula de trabajo importada de Estados Unidos, donde es común en el sector privado. Se trata del 'escritorio caliente' (conocido en inglés como hot desk), que consiste en que cada trabajador deja de tener mesa propia. En su lugar hay un grupo de mesas y cuando el empleado llega cada día ocupa la que está libre.Para que no sea un caos localizar al trabajador por teléfono, el funcionario introduce cada día su extensión en el aparato que le toque y así siempre tiene el mismo número. Esto está orientado a que sea más difícil controlar cuándo una persona está o no en su puesto de trabajo y hacer así que se sienta más libre para realizar jornadas flexibles.

'Aquí no hay diálogo social'

Podría decirse que en el Reino Unido los empresarios y los sindicatos se llevan históricamente peor que en la mayoría de los países de Europa, sobre todo tras los fuertes conflictos laborales del Gobierno conservador de Margareth Thatcher en la década de los ochenta. De hecho, funcionarios del actual Gobierno laborista de Toni Blair afirman con rotundidad 'aquí no hay diálogo social'. Antes de legislar mediante acuerdos colectivos prefieren que 'el Gobierno fije una regulación mínima para proteger al trabajador y el resto quede al libre mercado'.El presidente de la patronal del metal británica, David Yeandle, recuerda como su asociación 'rompió' las negociaciones institucionales con los sindicatos en 1989 y desde entonces 'nos ha ido mejor a todos porque esto nos obliga a entendernos mejor con los trabajadores'.

Fórmulas

'En cualquier puesto de trabajo puede encontrarse una fórmula adecuada de jornada flexible', asegura Anne Stuar, del departamento para el fomento del trabajo flexible del Ministerio de Comercio e Industria del Reino Unido. Este departamento lleva trabajando desde 2000 en la promoción de las jornadas flexibles en todas las empresas. Pero es el presidente de la patronal del metal británica, David Yeandle, el que resume a la perfección el sentir empresarial de esta nueva forma de trabajo: 'si queremos conservar a los trabajadores, tenemos que ser flexibles'.

 

l Una de las formas más exitosas de trabajo flexible es el conocido en Reino Unido como flexi-time. El trabajador tiene una serie de horas que suelen estar comprendidas entre las 10.00 y las 12.00 y las 14.00 y 16.00 horas, en las que empleado debe estar en su puesto de trabajo, pero el resto de la jornada la puede realizar cuando lo acuerde con el empresario.l El trabajo compartido implica de dos personas con jornada parcial realicen el mismo trabajo.l También es común el 'trabajo de temporada', en el que el trabajador puede tomarse permisos sin sueldo durante el periodo de vacaciones escolares.l La jornada 'comprimida' permite al trabajador concentrar todas las horas semanales en tres o cuatro días.l El Gobierno británico l ha elaborado una amplia guía que recoge estas y otras fórmulas de flexibilidad laboral entre las que también están todo tipo de trabajo a turnos; trabajo desde casa (teletrabajo); permisos por maternidad; años sabáticos o permisos de varios meses sin sueldo o periodos de libranzas para acudir a cursos formativos.

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