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Tecnología

La electrónica 'made in Spain' triunfa por precio y flexibilidad

Infinity, Woxter, Supratech o ADLi lanzan MP3, DVD y televisores que compiten de tú a tú con las grandes marcas

Televisores, equipos de cine en casa, grabadores DVD, portátiles de música… parecen mejores cuando vienen de fuera. A pesar de que ha pasado la época en la que sólo lo extranjero era bueno, todavía flota en el ambiente la impresión de que una firma española no es capaz de desarrollar un equipo electrónico competitivo y de calidad.

Para pasar por encima de esos prejuicios, una serie de compañías de electrónica nacionales -Infinity, Woxter, Supratech, Informaster International Business o ADLi- han lanzado al mercado algunos dispositivos que compiten de tú a tú con las grandes marcas y, en algunos casos, las superan convirtiéndose en auténticos superventas.

Son firmas que nacieron como ensambladores o mayoristas de informática locales y que hoy se han hecho un hueco en el complicado mercado de la electrónica de consumo. Una de las claves de su éxito es que ofrecen equipos audiovisuales de nivel medio y medio-bajo con unos precios generalmente muy competitivos. Es el caso de equipos de música portátil como el Supratech Jazz Plus. Un lector MP3 de 100 euros con capacidad para 150 canciones que se ha convertido en uno de los superventas de estas Navidades. Es lógico, cuando los reproductores de la competencia con prestaciones similares costaban casi el doble.

Otras firmas siguen apostando por precios muy bajos con equipos sofisticados y muy avanzados. Así, descubrimos el DVD X-Div 600 de Woxter como uno de los lectores DVD más vendidos en nuestro país. El secreto, se trata de una máquina que lee todos los formatos de audio y vídeo, tiene una línea de diseño perfecta y apenas cuesta 100 euros.

Los equipos de estas firmas nacionales comparten escaparate con los de las multinacionales tanto en las grandes superficies como en las cadenas de tiendas o en los establecimientos especializados. Y es que, según los propios fabricantes, entre sus mejores clientes están El Corte Inglés, Carrefour, MediaMarkt o Menaje del Hogar. En el caso de compañías como Infinity y ADLi, también aprovechan sus redes de tiendas propias.

Una de las claves del éxito de las nuevas compañías españolas, según Gregorio Destre, responsable de marketing de Supratech, es que 'funcionamos con estructuras pequeñas, nos adaptamos rápidamente a los cambios, mantenemos unos costes administrativos bajos y, así, somos capaces de ofrecer productos con niveles de precio bastante inferiores a los de las multinacionales'.

Infinity, compañía responsable de los equipos de marca Airis, es la compañía más fuerte, con 326 millones de euros de facturación y medio millar de empleados. Los ingresos de unas y otras varían, y suelen ir ligados al tamaño de la empresa. Los de Supratech, por ejemplo, con 80 empleados, son 50 millones, y los de Woxter, con 30 trabajadores, 24 millones.

Todas estas compañías se muestran activas en cuanto a inversiones futuras. La pequeña Woxter tiene previsto destinar para el próximo año dos millones en la mejora de sus instalaciones, e Infinity acaba de realizar una inversión en torno a los tres millones para ampliar la fábrica de Guadalajara y añadir una cadena para ensamblar televisores de plasma.

A la hora de montar sus equipos, Energy System y Woxter apuntan exclusivamente a las fábricas asiáticas. Infinity, ADLi y Supratech compran sus componentes y personalizan algunos equipos en Asia, pero también mantienen plantas de ensamblaje en España. Los primeros en Guadalajara, y ADLi y Supratech en dos pueblos de la provincia de Madrid (Villaviciosa de Odón y Boadilla del Monte, respectivamente).

Es lógico que, como las multinacionales, las compañías de electrónica españolas acudan a fábricas de China o Taiwán, dado que allí los costes de producción son muy bajos. Donde no terminan de avanzar estas empresas locales es en I+D. Según Javier Párraga, responsable de la firma Woxter, 'los españoles somos muy rápidos a la hora de importar la última tecnología e integrar módulos que se traen de fuera. Lo que es mucho más difícil es desarrollar. Inventar. La realidad es que, desde las altas esferas, no se favorece la investigación de las empresas de alta tecnología'.

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