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Turismo

La llegada de turistas creció el 3,4% en 2004 pero los ingresos se estancan

El último trimestre salvó un incierto 2004. La llegada de 53,6 millones de turistas extranjeros, un 3,4% más que en 2003, supone la recuperación de la senda rota ese año, pero no evita un parón en los ingresos, que el Gobierno atribuye a la menor duración media de las estancias.

Después de una temporada alta preocupante (las visitas de extranjeros se redujeron en junio y agosto, y apenas subieron seis décimas en julio), el otoño ha confirmado la progresiva tendencia a la desestacionalización del turismo en España. Y diciembre fue el mejor cierre de año desde 1997: un 12,9% más de visitantes, superando los tres millones.

Según los datos de la encuesta de movimientos turísticos de fronteras (Frontur), presentados ayer, España recibió en 2004 más de 53 millones de visitantes extranjeros, un 3,4% más que en el año anterior, y se consolida como segundo destino internacional, sólo por detrás de Francia. Esta subida retoma la senda de crecimiento moderado del último lustro, sólo rota por la caída del 1% en 2003. En cualquier caso, el mercado turístico español está maduro: para encontrar subidas en el entorno del 9% hay que remontarse a la segunda mitad de los noventa.

Pero los datos de ingresos son mucho más mediocres: según el Banco de España, entre enero y octubre los extranjeros gastaron cerca de 32.000 millones de euros en conceptos turísticos, cifra prácticamente idéntica a la del mismo periodo de 2003 (apenas subió un 0,4%). Por contra, los pagos de españoles en el extranjero crecieron un 20%, lo que lleva a una reducción del saldo por turismo en un 4,2%.

El secretario general de Turismo, Ramón Martínez Fraile, dijo en la presentación de estos datos que el menor gasto por visitante no se debe a un turismo de peor calidad, sino, probablemente, a la reducción del número medio de noches que pasa cada visitante en nuestro país. Y fue tajante al explicar los objetivos del Gobierno: 'Queremos visitas que duren más y que consuman más, aunque el número de visitantes baje'. El ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla, defendió por su lado la necesidad de mejorar la calidad y los precios del sector, además de sumar nuevas ofertas turísticas, como la cultural, la gastronómica y la de negocios. Todo ello, claro está, sin descuidar el tradicional turismo de sol y playa. Pero la tendencia es clara, y prueba de ello es la progresiva desestacionalización.

El auge del bajo coste

La caída de las pernoctaciones puede explicarse, en parte, por el imparable aumento de los vuelos de bajo coste. Con el auge de estas compañías, el coste del desplazamiento cada vez supone menor proporción respecto al total del viaje, lo que permite a los turistas plantearse vacaciones de menor duración. Este tipo de vuelos crecieron un 30% en el último año, y ya representan más del 28% del total.

En la misma línea evoluciona la forma de contratación: el 57,5% de los turistas lo hacen por su cuenta (sobre todo, por Internet), frente al 42,5% que contrata un paquete a una agencia. Tres años atrás, la proporción se repartía al cincuenta por ciento. Más estable ha sido la forma de alojamiento en los últimos años, representando el hotelero aproximadamente dos tercios del total.

Mejora Baleares, pero Canarias sigue cayendo

El año recién terminado trajo algunas buenas noticias para el sector turístico: el número de visitantes a Baleares creció un 2,9%, su primera subida en cuatro años. Una mejora estrechamente relacionada con el avance del turismo alemán: 2004 trajo a España a diez millones de alemanes, un 2,7% más, en lo que supone la primera subida desde 1999. Martínez Fraile atribuye la recuperación al 'esfuerzo promocional' realizado en ese país que, recalcó, 'se mantiene renqueante' en el plano económico. También explicó que los nuevos competidores, como Croacia, 'no tienen una oferta tan consolidada' como la española.El Reino Unido fue, una vez más, el principal emisor de turistas: 16,4 millones, que representan casi un tercio del total, y un aumento del 2,9% respecto al año anterior. Francia, tercer país de origen, fue el único de los grandes que retrocedió, un 2%, hasta los 7,5 millones. La comunidad autónoma estrella en 2004 volvió a ser Cataluña, y la tendencia apunta a que lo será para rato: casi trece millones de turistas, un 9,2% más que el año anterior.Con ser grande de por sí, el porcentaje resulta aún más meritorio si se tiene en cuenta la alta cifra de la que partía. La ciudad de Barcelona se lleva la palma, superando a la Costa Brava y la Costa Dorada, en un reflejo más del progresivo cambio de modelo turístico. En términos similares creció Madrid (10,9%), si bien partía de muy abajo. Aun así, el aumento es notable para un destino que sufrió en marzo un terrible ataque terrorista.En el debe de los destinos hay que poner una vez más a Canarias. El archipiélago africano, que supera los diez millones de turistas, sigue siendo el segundo destino nacional. Pero, así y todo, en 2004 volvió a sufrir una caída, del 3,6%.

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