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Savia española en el instituto de estudios económicos europeo

Bruselas cuenta desde esta semana con un instituto de estudios económicos que pretende sacar a la Unión Europea de su ensimismamiento analítico y aspira a codearse con los grandes think tanks estadounidenses.

España sitúa su participación en la iniciativa a la altura del papel de país grande al que aspira desde hace varios años. El erario público español aporta el 7% de la financiación, el mismo porcentaje que Francia, Alemania, Italia y Reino Unido. Dos empresas punteras españolas, Telefónica e Iberdrola, participan al mismo nivel (3%) que el resto de socios privados, entre los que figuran gigantes como DaimlerChrysler, EADS, Euronext, Renault o Goldman Sachs. Y un español, el actual secretario de Estado de Economía, David Vegara Figueras, figura entre las 10 personalidades del mundo académico y político que regirán el centro hasta 2008.

El nuevo think tank, presidido por el ex comisario de Competencia Mario Monti y dirigido por el economista francés Jean Pisani-Ferry, obviará temas tan trillados por la inteligencia europea como el baqueteado Pacto de Estabilidad o la sempiterna agenda para la modernización de la economía europea. Su labor inicial se centrará en el sistema financiero internacional, la integración de mercados y la convergencia reguladora mundial o el impacto del comercio y la inversión en los flujos migratorios, el desarrollo y la inversión.

El nacimiento del Bruegel (Brussels European and Global Economic Laboratory) levanta recelos debido a que surge de una iniciativa francoalemana

'La Unión Europea es un protagonista global con responsabilidades en la escena mundial', afirmó Pisani-Ferry durante la presentación del instituto. 'Tenemos que corregir el ombliguismo que a menudo caracteriza nuestros debates políticos'.

El propio nacimiento del centro, designado con el pictórico acrónimo de Bruegel (Brussels European and Global Economic Laboratory), puede desatar, sin embargo, una típica trifulca comunitaria porque, como reconoce Mario Monti, 'surge de una iniciativa franco-alemana'.

El capital público y privado de los dos países aporta casi el 45% de los dos millones de euros de la financiación inicial. Y en ciertos cuarteles, como el de la Comisión Europea, se teme que Bruegel intente modelar un paisaje macroeconómico favorable a los intereses de París y Berlín.

La Comisión, por si acaso, se ha negado a financiar el proyecto aduciendo oscuros retruécanos del reglamento presupuestario, los cuales no parecen impedir su apoyo financiero a la mayoría de think tanks y ONG que pululan por Bruselas.

'Habrá una clara separación entre la dirección y los investigadores', promete Pisani-Ferry. 'El reparto de funciones será muy claro: la dirección formula las preguntas y los investigadores las responden con absoluta independencia'.

'Como comisario, no coincidí siempre con las autoridades francesas y alemanas', tranquiliza también Monti, quien al frente de Competencia mantuvo durísimos pulsos con París y Berlín. 'Pero los dos países merecen un enorme respeto por esta iniciativa'. Pisani-Ferry busca ya los primeros 10 investigadores para lo que Monti califica de 'laboratorio, en el que no sólo queremos estudiar, sino también experimentar'.

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