Una compra millonaria reaparece ocho años después
En febrero de 1996 se cerraba la compra por parte de Merrill Lynch de una de las principales sociedades de valores del mercado financiero español: FG Valores. La operación había sido adelantada semanas atrás por algunos medios de comunicación, pero no se presentó en sociedad hasta el día 14.
Según las informaciones publicadas en aquellas fechas, los accionistas de FG Valores -Francisco González, con el 60%, Caja del Mediterráneo con el 20,8%, Alfredo Lafita con el 10%, Caja Castilla la Mancha con el 5% y CajaBurgos con el 3,5%- recibieron 3.700 millones de euros por tres sociedades del holding, FG Valores, FG Gestión y FG Corporate-. Además, FG Valores redujo capital para engrosar con 7.100 millones las arcas de FG Inversiones, sociedad holding que permaneció en manos de los primeros accionistas.
Merrill Lynch, por su parte, creaba una sociedad de valores nueva con los activos y el personal de FG Valores. El ministro de Economía autorizó la operación meses más tarde, el 9 de julio. En ese periodo el panorama financiero había cambiado radicalmente.
Tras la victoria del Partido Popular en las urnas Francisco González, primer accionista de FG Valores con un 60% además de persona cercana al partido, es nombrado en mayo presidente de Argentaria. También se preparan cambios en la CNMV. Luis Carlos Croissier, primer presidente del organismo regulador, abandonaría la comisión en octubre para ser sustituido por Juan Fernández-Armesto.
Pero sólo días después de la autorización administrativa la situación en torno a FG Valores da un sustancial giro, merced al descubrimiento por parte de Merrill Lynch de una serie de 'irregularidades contables', según documentación del banco estadounidense a la que ha tenido acceso Cinco Días.
Según una carta enviada por los responsables de Merrill en España a Francisco González el 19 de julio de 1996, el día 11 de ese mes -dos días después de la autorización de Economía- un empleado de FG Valores informó al banco de las 'irregularidades contables' de la sociedad y de la estructura que se había creado para ocultarlas. Dos empleados de alto nivel preguntados por Merrill lo confirmaron días después.
Agujero de 800 millones
Estas irregularidades consistían, según esta carta, en a una transmisión de capital dentro del grupo de empresas vinculado a FG Valores mediante el que se ocultó un agujero ('deficiencias en el balance', según documentos de Merrill) de 800 millones de pesetas. Los papeles del banco indican que el desequilibrio se produjo en 1994 -año de fuertes turbulencias en el mercado de bonos- y se ocultó mediante una compleja serie de transacciones de deuda (12 en total) por valor de 3.000 millones de pesetas entre empresas vinculadas al grupo.
De este modo el desfase patrimonial terminó oculto en la sociedad FG Servicios (liquidada en 1999), de carácter mercantil y fuera, por tanto, del ámbito de actuación de la CNMV.
En la citada misiva Merrill expresa su preocupación por la gravedad de los hechos, preocupación que había transmitido verbalmente a Francisco González días antes: 'Al informarle usted primero expresó asombro y después el deseo de conducir su propia investigación'. Ambas partes acordaron, así, informar 'personalmente' a la CNMV el siguiente lunes (22 de julio) y reestructurar toda la operación.
El encuentro se produce el día 23, según consta en una carta posterior enviada por el banco a Ramiro Martínez Pardo, entonces jefe de sujetos del mercado de la CNMV y responsable de la autorización. La Cadena SER señala que dicha reunión se celebró en el despacho de González y que acudieron, además del propio González, Martínez Pardo, representantes de Merrill y Juan Fernández-Armesto, próximo presidente de la CNMV y abogado de González. Ni Armesto ni Martínez Pardo contestaron a las llamadas de este periódico.
Dos días más tarde el banco remite una carta a Martínez Pardo. En ella se detalla que durante la entrevista del día 23 se pusieron en conocimiento del técnico de la CNMV las 'irregularidades contables'. Merrill asegura que 'toda la información obtenida hasta este momento así como la que se obtenga en el futuro está a disposición de la CNMV'. Finalmente, se señala la 'modificación en el esquema contractual convenido'.
Sin embargo, la CNMV, según señaló ayer en nota de prensa, 'no tiene constancia' de la existencia de esta misiva dirigida al director general de entidades ni, según señalaron fuentes cercanas al caso se abrió ninguna investigación al respecto: 'Si se hubiese recibido en la CNMV una carta con esta información se debería haber abierto un expediente sobre dichas irregularidades contables. Dada la trascendencia de aquella operación es imposible que algo así pase desapercibido, luego cabe la posibilidad de que no se siguiesen los cauces oficiales'.
Las cartas a las que ha tenido acceso Cinco Días no tienen sello de entrada en la CNMV. La Comisión guarda un doble registro (físico e informático) de la documentación recibida.
En esta misiva a Martínez Pardo Merrill habla de la reestructuración de la operación, y en una nueva carta con fecha 31 de julio se detalla que 'Merrill ya no comprará el 100% de las acciones de FG Valores como estaba previsto inicialmente'. El 2 de agosto se apunta en el Registro Mercantil la 'segregación de rama actividad' de FG Valores y el cambio de objeto social de FG Inversiones, que pasa de ser Sociedad de Valores a Sociedad Anónima.
La CNMV 'no tiene constancia' de las cartas de Merrill a su técnico
La figura de Ramiro Martínez Pardo
Ramiro Martínez Pardo aparece como destinatario de las cartas en las que Merrill Lynch en 1996 y artífice de la compra de FG Valores, informa sobre las irregularidades contables encontradas en FG Valores y sobre el esquema societario creado expresamente para ocultarlas. Martínez Pardo era entonces jefe de la división de sujetos del mercado, encargada de las entidades de valores y, por tanto, del expediente sobre la transmisión de los activos de FG Valores a Merrill Lynch. Tras la salida de Luis Carlos Croisssier de la CNMV y la llegada de Juan Fernández-Armesto, Martínez Pardo continúa en su puesto.En 1997 Martínez Pardo se encontraría con otro expediente que terminaría por cargase de significado: el ascenso de Gescartera desde Sociedad Gestora de Carteras a Agencia de Valores y Bolsa. Según declaró en la comisión de investigación del caso, Martínez Pardo, trasladó al consejo de la CNMV la solicitud de conversión en Agencia de Valores, bajo el compromiso de la entrada de la ONCE en el capital de Gescartera. Se aprueba la conversión en agencia de valores pese a que no se cumplió ese requisito, si bien la para entonces Ramírez Pardo había dejado la CNMV, siendo sustituido por Juan Carlos Basallote Ureba.