Mesura y prudencia en Cardif
Saludable, luminoso y tranquilo. Son tres requisitos que âscar Villoslada, director general de la aseguradora financiera Cardif España, le pide al despacho que ocupa en el madrileño barrio de Salamanca. El espacio ha de ser el justo y necesario. Porque según explica este directivo, nacido en Barcelona hace 35 años, de profundo acento francés, los despachos de 25 metros cuadrados transmiten mensajes con una filosofía de trabajo alejada de la que él mantiene. Con una mesa de reuniones y de escritorios es suficiente. 'Si no sería ostentoso y pretencioso al querer transmitir algo de autoridad'. Para Villoslada, un hombre prudente, tanto en el discurso como en las formas, es importante demostrar que hay igualdad en la jerarquía. 'Nadie tiene que ser más que nadie'.
En su opinión, la humildad es un valor a cuidar, es el mensaje que quiere dar de la empresa, de él mismo y del equipo que lidera. 'Quiero estar seguro de que la gente se refiere a las 45 personas que componen la plantilla me va a decir lo que piensa, que tiene cierta confianza para comunicarse conmigo'. Pero por encima de todo lo que más le preocupa es la honestidad. 'No se puede llevar a cabo ningún tipo de relación humana sin transparencia y sin un comportamiento honesto'. Para ello, opina Villoslada, es importante creer en el esfuerzo, la dedicación y el espíritu de equipo. 'Hay que posicionarse siempre como proveedor de los demás'. En cuanto al término dedicación, aclara que puede significar horas de trabajo. Nada más lejos de la realidad porque 'toda compañía tiene que velar porque los empleados tengan un equilibrio entre la vida personal y la profesional'. Y precisamente ha de ser ese desvelo de la empresa, que además de esa conciliación tiene que perseguir que haya una perspectiva de futuro, el que tiene que llevar a que el profesional se comprometa y se dedique plenamente a su trabajo.
âscar Villoslada sabe que no da ejemplo y que trabaja demasiado. No baja de 11 horas al día. Lo justifica diciendo que es 'deformación profesional, de identificarte con el proyecto, es intentar ir más allá de lo que la empresa te exige'. Confiesa que, en más ocasiones de las que le gustaría, se lleva trabajo a casa. Explica que, en estos momentos, Cardif, filial de BNP Paribas, especialista en seguros de protección de pagos, ahorro e inversión, tiene un 'sentimiento de urgencia porque, a su vez, tiene posibilidades de crecimiento'.
'La juventud me ha traído problemas, aunque al principio pensaba que no iba a ser así'
Villoslada estudió Economía, Administración y Estadística en París, y ha desarrollado su carrera íntegramente dentro del grupo bancario francés BNP Paribas, donde lleva trabajando una década en distintos puestos de responsabilidad. Con 30 años fue nombrado director de Cardif en España, algo que le reportó algún sinsabor. 'La juventud me ha traído problemas aunque al principio pensaba que me iba a reportar alguna ventaja y no fue así. Ser joven resta credibilidad', afirma este ejecutivo, que si algo valora es la confianza de la compañía a la hora de promocionar el talento joven. Cree que, en su caso, lo que más se valoró fue el hecho de ser español pero a la vez haber estudiado y trabajado en Francia. Reconoce una manía: la necesidad de dejar todo lo que acontece en la empresa por escrito. Por ese motivo el ordenador es su herramienta más preciada. Aunque rápidamente aclara que no es lo único que requiere, además necesita una sala de reuniones cercana y saber que 'mi gente está cerca y disponible'.
Sus colaboradores dicen que es minucioso y obsesionado con llegar siempre al fondo de las cosas. 'Pero soy una persona muy flexible y adaptable, al que le preocupan los conceptos formales como que haya un orden del día en una reunión, que haya un acta revisada y aprobada, que todo el mundo se prepare los temas, que haya siempre una nota escrita', afirma este ejecutivo, que reconoce tener conflictos con el orden. 'Es importante, pero es un tema que no tengo resuelto. Tengo conflictos con ese tema, pero el consumo de tiempo me desborda'. El despacho está impecable, un ejemplo de su mesura y prudencia.
Recuerdos del puerto de Barcelona
Aspira a personalizar su despacho, decorado con el equipo de marketing de Cardif. 'Llevo poco tiempo en él, pero me gustaría añadir algo más mío'. El único guiño personal que le colocaron ha sido una fotografía del puerto de Barcelona. 'No es nada reivindicativo, sólo un pequeño recuerdo de mi juventud'. Muy cerca tiene un cuadro pintado por su esposa, Alicia Domínguez, y las fotografías de sus dos hijas. 'Es la única manera que tengo de verlas, más que en el día a día'.Como elemento decorativo incluye una planta, elemento que considera necesario para rebajar posibles tensiones en la oficina. Como que encima de la mesa haya siempre unos caramelos. 'Es importante desenfadar un poco el trabajo del día a día y con este tipo de cosas lo consigue'. En su tiempo de ocio toca la guitarra, hace gimnasia y le gusta el baloncesto, disfrutar de sus hijas y hacer 'vida rural' en la montaña.