La cooperación entre las Naciones Unidas y EE UU

El operativo de ayuda tras los tsunamis en el sureste de Asia ha mostrado que la superpotencia militar estadounidense puede ser una fuerza para el bien. Más de 16.000 soldados, con 17 buques y 90 aviones, han estado en la primera línea de la campaña de ayuda urgente a las naciones afectadas.

La sola fortaleza militar, sin embargo, rara vez es suficiente para resolver una crisis, sea ésta una guerra, o sea un genocidio o se trate de un desastre natural (...). La coordinación y la cobertura política para operaciones tan sensibles debe ser dada por una organización internacional con una legitimidad incuestionable entre todas las partes, musulmanes y cristianos, rebeldes y Gobiernos, Tercer Mundo y Primer Mundo: este es el papel de las Naciones Unidas (...).

En la mayoría de los países, la ONU es vista como una representación legítima de la comunidad mundial y como una elección natural para llevar adelante una operación de ayuda. Para hacerlo, esta organización necesita el músculo militar y diplomático de Estados Unidos uno de los países que mira a las Naciones Unidas con mayor suspicacia. Los dos deben trabajar juntos. La relación es demasiado importante como para permitirse un fracaso.