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Ahorro

La burocracia de las cuentas para extranjeros

Una de las primeras necesidades que surgen cuando se llega a un país nuevo es la de abrir una cuenta corriente. Estos depósitos agilizan las transferencias de fondos desde el país de origen y facilitan el abono de recibos, del mismo modo que permiten domiciliar una nómina y disponer de una tarjeta de crédito o débito entre otras.

Sin embargo, la apertura de una simple cuenta lleva consigo, en el caso de extranjeros, cumplir una serie de requisitos establecidos por el Banco de España y de obligada exigencia por parte de las entidades financieras. La diferencia más relevante viene originada por la residencia o no en España de los titulares, que repercutirá en el tratamiento fiscal de las cuentas.

Si se es residente basta acreditar esta condición con la presentación del NIE (Número de Identificación de Extranjeros) en el caso de nacionales de la UE y la tarjeta de residencia para los extracomunitarios, para poder realizar la apertura de una cuenta en una entidad.

Si, por el contrario, se trata de no residentes, hay que acreditar también esta condición. Los ciudadanos de la UE y los extracomunitarios deberán presentar un documento válido en su país de origen o el pasaporte, y en un plazo máximo de 15 días desde la apertura de la cuenta, aportar también una certificación negativa de residencia expedida por el Ministerio del Interior.

Con esta documentación, la apertura de depósitos será posible. Su tratamiento fiscal, sin embargo, diferirá. 'Para los residentes, a efectos fiscales, los intereses de las cuentas son considerados rendimientos de capital mobiliario y por ser su titular residente tienen retención en el origen, esto es, un 15%', sostienen desde Unicaja. No ocurre lo mismo en el caso de los no residentes, que no sufren retención fiscal.

De la parte de las entidades, éstas no establecen, por norma, distinciones y ofrecen los mismos productos a unos y otros, sea cual sea su condición. 'No existen diferencias en cuanto a la remuneración de las cuentas personales causadas por la nacionalidad o residencia en España de sus titulares', explican en la caja de ahorros malagueña.

Patagon y Deutsche Bank constituyen, en este caso, la excepción. En el primer caso, la entidad exige a los no residentes un mínimo de 6.000 euros si quieren abrir una cuenta en el banco por internet. 'Esto se debe a que el envío de los paquetes de apertura y contratos al extranjero tienen un alto coste', explican desde la entidad.

En Deutsche Bank, por su parte, la novedad estriba en que hace algunos meses han lanzado productos específicos para eurorresidentes. La Cuenta Euro+ permite contratar de forma conjunta un paquete integral de productos financieros que incluye cuenta corriente y tarjeta de débito además de otros productos.

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