Aenor cambia el proyecto de norma de RSC por una guía para empresas
Las empresas no se sientes aún preparadas para asumir una norma de responsabilidad social corporativa (RSC), y el proyecto de Aenor se ha tenido que modificar para editar una guía (de menor rango). Esta decisión se ha tomado tras una igualada votación que ha puesto de relieve las diferencias entre ONG y sindicatos con empresas y patronales.
Después de trabajar durante más de cuatro años en la elaboración de una Norma de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), el Comité Técnico de la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) ha decidido dejar en vía muerta este proyecto y sustituirlo por la elaboración de una guía para empresas, un formato de menor rango que la Norma.
Esta decisión se ha tomado tras una votación realizada el pasado día 20 en la que, tras un empate, el voto del presidente del comité inclinó la balanza hacia la guía. Este equilibrio de fuerzas ha puesto de manifiesto las diferencias de criterio que existen entre las ONG, sindicatos y organizaciones de consumidores, con las empresas y patronales. En el ámbito universitario también hay disparidad de opiniones, aunque la mayoría de los representantes se decantan por la norma.
El argumento esgrimido para cambiar el proyecto inicial de elaborar una norma es la falta de preparación del tejido empresarial español. 'Se necesita alcanzar el consenso entre todas las partes y las empresas todavía no se sienten preparadas para abordar una situación como esta', comenta José Luis Tejera, responsable de este área en Aenor. Y añade: 'El mundo empresarial no quiere una norma. Ninguna de las empresas que integran el Comité ha votado a favor de la norma; todas prefieren una guía'. Entre estas compañías figuran SCH, BBVA, Ferrovial, Telefónica, REE, Abengoa, Repsol y Dragados, entre otras.
Las ONG acusan a la patronal CEOE de bloquear el trabajo de cuatro años
Tejera también señala que esta decisión se enmarca dentro de la tendencia internacional que se está produciendo para elaborar guías que orienten a las empresas. 'En ISO se está formando un grupo de trabajo en el que participan unos 40 países y que persigue crear una guía de ámbito general', comenta.
Las ONG no se muestran de acuerdo con esta decisión y consideran que se ha perdido una gran oportunidad de avanzar en la RSC. También se acusa a la patronal CEOE de bloquear el avance de la norma Aenor, cuyo borrador número 19 (el último que se hizo) quedó aparcado en el verano de 2003.
Desde Cepes (Confederación Española de Economía Social que agrupa a 25.000 empresas), se aboga por la norma 'porque se gana más implicación y transparencia', explica Carmen Comos, coordinadora. No obstante, esta organización no se opone a la elaboración de una guía y considera que se podrían realizar los dos trabajos en paralelo.
'Lo que no entendemos es que después de estar trabajando en este proyecto durante cuatro años, de repente haya tanta resistencia', añade.
La patronal niega que haya presionado y bloqueado la elaboración de la norma. 'Todas las empresas que están en el comité de trabajo han votado en contra porque creemos que aún no hay masa crítica suficiente', señalan fuentes de CEOE.
El reto es difundir el concepto en el empresariado
'Queremos hacer algo realista, que esté consensuado entre las partes. Y los primeros borradores de Aenor se hicieron con una escasa presencia empresarial que luego se ha ido equilibrando', comenta Roberto Suárez, de CEOE. La patronal no excluye que, más adelante, se pueda elaborar una norma, pero de momento creen que lo prioritario es 'definir bien el concepto y extender la práctica de la RSC en la sociedad española', puntualiza Suárez.En un documento de la patronal se recuerda que 'existe una larga tradición de contribuciones adicionales e iniciativas que algunas empresas libremente emprenden más allá de su contribución básica', y se apunta que ahora el reto 'no es tanto el establecimiento de un baremo de medir único y exigente, como proporcionar instrumentos flexibles que permitan una evolución realista de estas prácticas en el tejido empresarial español sin dañar su propia competitividad'. 'Se trata de decidir entre una actuación que se enfoque exclusivamente en un número muy reducido de empresas que, por otra parte, no demandan instrumentos rígidos, o actuaciones dirigidas a un entorno más amplio. La inmensa mayoría del entramado empresarial español esta compuesto por pymes a las que una imposición adicional, directa o indirecta, podría afectar negativamente en su capacidad para competir', añade.Las ONG están ahora en proceso de reflexión sobre el procedimiento y el posicionamiento de las partes en este debate sobre si es preferible la norma o la guía, según reconoce Carlos Cordero, de Amnistía Internacional. Otras fuentes vinculadas con el tercer sector creen que en la votación del pasado día 20 se han producido errores en la convocatoria y en el procedimiento.
Razones Los argumentos de las ONG
Las ONG y sindicatos que participan en el comité de trabajo de Aenor consideran que un documento normativo 'debe ser tomado como una herramienta de gestión y de carácter voluntario'. Y añaden: 'Entendemos que generar otro documento de naturaleza distinta al de norma, no aportaría ninguna herramienta nueva para a la gestión de la RSC y además podría poner en peligro la confianza en el proceso de normalización español'.En un documento elaborado por Setem, Amnistía Internacional, Intermón Oxfam, Economistas sin Fronteras, CC OO e Ingeniería sin Fronteras, se explica que la norma 'permite comparar objetivamente el grado de cumplimiento de los requisitos mínimos en empresas, entre ellas, entre sectores y entre regiones, en los aspectos básicos de la gestión de RSC'.También argumentan que este formato 'identifica requisitos concretos que se han de satisfacer, no orientaciones o consejos como hacen las guías'.Y que puede ser 'empleada como una herramienta de evaluación, verificación, auditoria y escrutinio, ya sea de forma interna, por la empresa, o de forma externa, por otro agente'.