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Banca

El SCH invierte 90 millones en su nuevo centro de datos

Durante la madrugada del domingo 19 de diciembre el grupo Santander procedió al traslado de sus sistemas centrales desde los edificios de la central contable situada en Barajas (Madrid) a la Ciudad Financiera que posee el banco en Boadilla del Monte. Todo el cerebro del grupo en España, el centro de proceso de datos, cambiaba de ubicación. Finalizaban así 3.000 horas de pruebas y 10 meses de trabajo en los que han estado involucradas 100 personas.

La implantación 'fue un éxito. No hubo ninguna incidencia', explica Eduardo García Arroyo, director general adjunto responsable del área de tecnología del grupo. Arroyo explica que en el centro 'se han utilizado las últimas tecnologías disponibles en el mercado, tanto para el control de los edificios, como para la gestión de los sistemas informáticos que custodian los datos de negocio del grupo', añade.

El directivo explica que el salto del centro de Barajas al de Boadilla se realizó de la 1.30 horas de la madrugada del domingo a las 7.40 horas. Durante esas seis horas, el que puede considerarse el cerebro operativo del Santander dejó de funcionar. 'En ese periodo de tiempo el Santander no existía', afirma Arroyo, intentando explicar la importancia del momento. Pero, como estaba previsto, todo salió bien y los clientes no se percataron del cambio, señala orgulloso Arroyo.

En el cambio se han introducido considerables mejoras. De hecho, entre el proyecto de construcción y equipamiento básico del centro se ha invertido 90 millones de euros. Una de estas mejoras es la creación de dos centros idénticos en el que están almacenados todos los datos del negocio y los clientes del Santander. Les separan 1,9 kilómetros. El objetivo: si falla un centro que siempre exista otro de retén que no necesita una conexión extra.

La construcción de estos centros y la arquitectura de hardware y comunicaciones redundantes de los sistemas de información del grupo se han diseñado para minimizar la posibilidad de fallos. Además, se ha aprovechado para que colaboren con el control del riesgo operacional del banco como establece Basilea II, que entrará en vigor en 2006.

Además, explica Arroyo, estos centros están equipados de las 'más modernas infraestructuras tecnológicas, lo que permite al área de tecnología estar bien posicionado para acompañar el futuro crecimiento de negocio del grupo'. El crecimiento estadístico de estos centros es del 30% en capacidad, es decir, proporcional al aumento del grupo.

Estos centros sólo dan soporte informático al grupo en España, sin Banesto. Pero está en proyecto trabajar con Banesto y con las filiales europeas. Otra alternativa barajada es contar con otro centro procesador en Londres, donde está la sede de Abbey.

Resisten todo, menos ataques nucleares

Los dos centros procesadores de datos (CPD) del SCH en Boadilla (réplica uno de otro) tienen una capacidad de 11.318 millones de instrucciones por segundo, lo que permite ejecutar entre 500 y 600 transacciones por segundo. Pueden almacenar el equivalente a más de 25.000 millones de páginas mecanografiadas. Dan soporte a las 2.656 oficinas del grupo en España con más de 17.000 terminales y 4.380 cajeros. En ellos se realizan más de 380 millones de transacciones mensuales. Las instalaciones eléctricas están diseñadas para ofrecer un tiempo medio entre fallos de 1,3 millones de años. La seguridad incluye acceso electrónico que incorpora elementos de lectura biométrica. La estructura resiste cualquier catástrofe, excepto nuclear.La unificación de la infraestructura del grupo en los CPD de Boadilla generará al SCH ahorros aún sin cuantificar. Las comunicaciones de los dos CPD del SCH están contratadas con Auna, BT, Vodafone, Colt, Telefónica y Movistar.

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