Reuniones familiares que terminan en conflicto
Mejor mal acompañado que en soledad. Quizá el consejo suene algo exagerado, pero, según los especialistas en psicología, la sensación de pertenencia a un grupo es mejor que la de exclusión de ese grupo. Durante las celebraciones navideñas, las reuniones familiares pueden ser una fuente de conflicto, pero para los expertos la solución está en prepararse para la discusión y no en planificar la huida. Lejos de ser algo anecdótico, los psicólogos reconocen que desde el Día de Reyes hasta finales de enero tienen un aumento de visitas en sus consultas.
'La Navidad es un rito de unión familiar', explica el psicólogo Esteban Cañamares, 'es una ceremonia de pertenencia a un clan jerarquizado en la que cada miembro tiene un rol'. Según Cañamares hay un jefe de ese clan, también está la persona más cercana al líder y el que ejerce de 'farolillo rojo'. Cuando falta el jefe porque, por ejemplo, ha fallecido, se producen movimientos internos en el clan para recolocarse y dar con un nuevo orden. 'Esto no siempre es aceptado y surgen las discusiones', explica Cañamares.
Otra de las fuentes de conflicto más habitual es la incorporación a la familia de nuevos miembros. 'Entre los problemas más habituales está el del familiar político excluido', explica Cañamares.
Catherine Perelló, mediadora familiar y secretaria de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña considera que 'las grandes familias con muchos hijos o las que tiene un poder económico más elevado son las más autoritarias y las que no siempre aceptan a nuevos miembros'. En opinión de Perelló, hay que saber enfrentarse a este tipo de familias absorbentes que 'quieren que sus seis hijos o los que sean estén todo juntos el mismo día' y la solución pasa por 'hablar y explicar que todos queremos ver en estas fechas a nuestra familia'. No obstante, Perelló señala que también es muy conflictiva la situación que surge con los niños de parejas separadas. 'Cuando los padres actúan de manera natural no pasa nada', explica. El problema surge si 'un miembro de la familia habla mal delante de los hijos del padre o madre ausente', algo que en su opinión siempre hay que evitar.
No hay fórmulas mágicas para superar la tensión de estos días. Pero para los expertos conviene asumir que en los conflictos que se vivan estos días está tanto el efecto repetición de otros años como la tensión por tener que hacer regalos, terminar trabajos y organizar las cenas. No hay que huir y si hay ansiedad y depresión conviene acudir a un especialista.
Principales grupos de riesgo
Las personas con conductas paranoides y los obsesionados con el orden son dos grupos de riesgo en estas fechas navideñas. Asimismo, las personas con disfunciones como el alcoholismo o la drogadicción generan conflictos. Para la mediadora familiar Perelló, 'son los niños sin padres más que los que tienen padres separados' los que peor lo pasanLas personas que 'dedican mucha energía mental a vigilar a los demás y que sienten que los demás quieren hacerle daño', explica Cañamares, 'sufren mucho en estas fechas' y también quienes dan mucha importancia al orden porque si algo falla se bloquean. Una forma de superar estos días es 'anticipar lo que va a ocurrir'. Conviene hacer recuento de lo que pasó en las últimas reuniones familiares y estar preparado por si se repite este año. El enfrentamiento no es bueno y hay que saber asumir que lo que ha ocurrido se repetirá.