Gazprom está detrás de la compra de la principal filial de Yukos
El gigante ruso Gazprom ha utilizado una empresa ficticia, Baikalfinansgroup, para hacerse con la filial de producción de Yukos, Yuganskneftegas. Baikalfinansgroup resultó adjudicataria ayer en la subasta celebrada por el Estado ruso. Varios diarios de la capital han indicado que con este mecanismo Gazprom trata de esquivar los inconvenientes legales de adquirir una empresa declarada en quiebra conforme a la legislación estadounidense.
Según el diario Vremia Novostei, el gigante ruso busca desde hace tiempo "un mecanismo que le permita comprar Yuganskneftegaz y escaparse" de las repercusiones legales de la adquisición. Esta publicación señala además que la empresa que ha hecho con la filial de Yukos fue registrada hace sólo unos días, el pasado 15 de diciembre.
La principal filial del grupo petrolero ruso Yukos, Yuganskneftegaz, fue vendida ayer en una subasta celebrada en Moscú, a una desconocida Baikalfinansgroup, por un valor de 9.340 millones de dólares (algo más de 7.000 millones de euros), menos de la mitad de su valor real, según los analistas. El precio de salida se fijó en 8.850 millones de euros (6.650 millones de euros) y la subasta duró sólo diez minutos.
Baikalfinansgroup, una sociedad desconocida hasta ayer tenía como único rival a Gazpromneftegaz, la filial petrolera del gigante gasífero Gazprom, controlado por el Estado ruso, y que ha resultado ser el propietario de las dos contendientes.
Medida desesperada
La venta del 76,79% de las acciones de Yuganskneftegaz, la unidad de producción que extraía más del 60% del crudo facturado por Yukos, es el principio del fin del primer productor ruso. La semana pasada, Yukos intentó detener la venta pidiendo la declaración de quiebra ante un tribunal de Houstonm en Tejas.
Pese a obtener esa declaración, que obligaba a todos los agentes a inhibirse ante a la posible venta de Yukos, sus efectos afectan sólo a las entidades privadas, por lo que la decisión del tribunal tejano no sirvió para evitar que el Estado ruso procediese a una subasta que tenía como objetivo no declarado iniciar la desmantelación de Yukos.