EE UU acepta participar en las próximas citas sobre el clima
Después de dos semanas de largas negociaciones, la UE se ha visto obligada a ceder para que Estados Unidos acepte participar en las próximas reuniones de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebrarán en forma de seminario el próximo mayo en Bonn (Alemania).
Nada obtuvo tanto protagonismo, ni el protocolo de Kioto a pesar de su inminente puesta en marcha, ni los compromisos de futuro para después de 2012, que supuestamente se iban a tratar en esta décima conferencia de las partes (COP 10), en la que toda la atención giró entorno a un concepto a primera vista insignificante, pero que se ha convertido en todo un icono político: los seminarios.
Raúl Estrada, ministro de Medio Ambiente argentino y uno de los padres del Protocolo de Kioto, propuso crear unas reuniones intermedias hasta la próxima conferencia de Naciones Unidas para 'intercambiar información y experiencias' como una forma de volver a atraer a Estados Unidos en la definición de estrategias para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Condiciones
En los próximos seminarios no se hablará de compromisos en firme para el futuro
Estados Unidos recogió el guante, pero sin arrodillarse ante los países de Kioto, aceptando la invitación de Estrada, pero con la condición de que en los seminarios no se hablase de compromisos de futuro. 'Estamos de acuerdo en hablar de los programas medioambientales que están teniendo lugar aquí y ahora', insistía Paula Dobriansky, presidenta de la delegación estadounidense.
La UE, a quien se le ha acusado de perder fuerza en el liderazgo de Kioto, se cerró en banda a que estos seminarios fuesen simples reuniones formativas. 'Todo lo que se habla aquí es una cuestión de futuro. Cualquier eufemismo, ya sea seminario o cualquier otra palabra usada, habla de futuro a medio o largo plazo', afirmaba tajante Ginés González García, presidente de la COP 10. El tira y afloja se prolongó durante toda la conferencia y hasta la madrugada del sábado no se logró un consenso.
Los seminarios se celebrarán en Bonn en mayo pero no se hablará de nuevos compromisos. Estados Unidos ha logrado así imponer su criterio, lo que para muchos significa un resultado decepcionante. 'Esperamos que todos hayan tomado nota de las tácticas de intimidación y bloqueo de Estados Unidos', criticaba Steve Sawyer, portavoz de Greenpeace, para quien este acuerdo implica que no se avanzará en la reducción de emisiones en el próximo año. WWF/Adena fue incluso más dura: 'Las verdaderas intenciones de la administración Bush son defender los intereses de las petroleras de EE UU y Arabia Saudí a costa de los países pobres', reprochaba Jennifer Morgan, directora del Programa de Cambio Climático.
España abre nuevas vías de trabajo
Los alemanes fueron los únicos que mencionaron objetivos más allá de 2012, al plantear reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 30% para 2020 en la UE. Las reacciones no fueron muy positivas. Algunos países, como Italia, no quieren marcarse nuevas metas cuando aún no saben cómo va a funcionar Kioto. España se mostró receptiva a esta propuesta, en la que se trabajará en la consejo europeo de primavera. 'La UE debe establecer objetivos a largo plazo pues las políticas de mitigación de emisiones suponen una transformación profunda de las actividades económicas que necesitan de horizontes definidos', reflexionó Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, quien mostró una gran satisfacción por los resultados obtenidos en Buenos Aires. 'Volvemos a casa habiendo abierto nuevas vías de trabajo', dijo Narbona refiriéndose a los acuerdos cerrados con Uruguay, Panamá, Argentina, México y Colombia y los nuevos contactos iniciados con Costa Rica, Bolivia y Brasil. La ministra se comprometió a seguir trabajando en la identificación y materializacion de proyectos de desarrollo limpio que permitan a las empresas ganar nuevos créditos de emisión de CO2.
Nubes inesperadas de última hora
Arabia Saudí a la contra. Arabia Saudí ha sido el otro país que ha entorpecido las negociaciones. Aprovechando que forma parte del G-77, conformado en su mayoría por países en desarrollo, los saudíes han insistido hasta el final para que los fondos de adaptación previstos por Kioto subvencionasen su diversificación económica, a la que se ven obligados por las reducciones de consumo de derivados del petroleo. La UE ha entendido que esta petición estaba totalmente injustificada, dada la riqueza de esta nación, aunque finalmente se ha aceptado que se beneficie de asesoría para la diversificación.Sin compromisos. India, en el último momento de la conferencia, apoyada por los saudíes y los chinos, logró que se introdujese la condición de que no habrá compromisos obligatorios para los países en desarrollo en el famoso seminario.Avalancha. La Junta Ejecutiva de Naciones Unidas, encargada de aprobar los proyectos de desarrollo limpio, no se sentía preparada para asumir la avalancha de trabajo que le espera a partir de 2005. Finalmente, se ha decidido crear un grupo para observar cómo funciona este organismo a partir del 16 de febrero y actuar en función de sus necesidades.