El hogar de Santa Claus
La figura de San Nicolás es una de las más populares y persistentes en la crónica europea, tanto en oriente como en occidente. El origen del mito es un obispo asiático, que vivió a caballo de los siglos III y IV, y fue enterrado en la isla de Genile, frente a la costa de Turquía. En la Edad Media, unos marinos italianos llevaron su cuerpo (o sus reliquias) a Bari. San Nicolás de Bari se convirtió en el santo patrón de los niños y de los necesitados de fortuna, y se le dedicaron iglesias por toda Europa.
En el siglo XVII, colonos holandeses y alemanes llevaron la tradición de Sinterklaas o Sankt Nikolaus a América, donde el mito se secularizó, convirtiéndose el santo obispo en un vejete bonachón. Cuando Washington Irving recogió en 1809 la historia de Nueva York, todavía Santa Claus montaba el caballo de Sinterklaas, pero ya sin los pajes negros o zwarte Piet que le siguen acompañando en los Países Bajos. La moderna iconografía de Santa Claus se completó entre los años 1860 y 1890, y fue a través de las ilustraciones de Thomas Nast para la revista Harper's. El dibujante daba allí pelos y señales, en vez de caballo Santa Claus utilizaba un trineo de renos y, detalle decisivo, vivía 'desde siempre' en el polo norte, desde donde vigilaba la conducta de los niños para saber a qué atenerse a la hora de repartir regalos.
Un tipo listo, un locutor de Radio Finlandia, descubrió en 1927 que si Papá Noël vivía en el polo y desde allí se enteraba de todo, su guarida tenía que estar en el Monte Oreja, o sea, en Korvantuturi, a unos pocos kilómetros de Rovaniemi, la capital de Laponia finlandesa.
Se puede conseguir que Santa Claus envíe una felicitación o un regalo a alguien
El hallazgo se dio por bueno. Por lo menos en Rovaniemi. Allí la presencia de Santa Claus les ha resuelto la vida, o casi. El taller de los regalos y la oficina de Santa Claus están a unos ocho kilómetros del centro. Allí llegan miles de curiosos y millones de cartas desde todos los lugares del mundo; Santa Claus les recibe graciosamente y contesta a las cartas recibidas (sólo a una décima parte, elegida por sorteo, no da el hombre abasto).
Se puede conseguir que Santa Claus envíe una felicitación personalizada (incluso un regalo) a alguien, pero eso hay que solicitarlo rellenando unos papeles y abonando unos euros.
También por hacerse la foto con Santa Claus hay que pagar. En estas fechas, el pequeño recinto -cuyo acceso es libre- parece un hervidero, con canciones navideñas, antorchas, paseos en trineo, mucha puesta en escena.
A unos quinientos metros de esta oficina se abrió hace cosa de un lustro el parque temático Santapark, en el vientre de una colina. El parque, diseñado por un experto inglés, acaba de ser remodelado, sustituyendo los materiales agresivos (plásticos, sobre todo) por otros más naturales.
Lo peculiar de este parque es que está pensado realmente para niños menores de diez años (y no como otros parques, donde disfrutan los mayores tanto o más que los peques). Además del taller de Santa Claus y el parque temático, Rovaniemi ha procurado en los últimos tiempos cuidar una oferta sólida para los turistas que se atrevan a cruzar la raya del círculo polar.
Paseos por la nieve en trineos tirados por renos o por perros husky, excursiones en motonieve, esquí en pistas iluminadas de noche, visita a granjas y a poblados lapones. Sin olvidar aspectos más clásicos de las ofertas turísticas, como son la buena gastronomía o el arte. La obra de Alvar Aalto está patente en muchas calles de Rovaniemi, y el Museo de Arte, el Arktikum y otros museos más pequeños sirven de contrapunto al soberbio espectáculo que constituye en sí misma la propia Naturaleza.
Guía para el viajero
Cómo ir:Por primera vez en España, con motivo del fin de año, la mayorista Catai (www.catai.es) dispondrá un vuelo regular de Finnair directo desde Barcelona a Rovaniemi; el paquete de 7 días/6 noches incluye vuelos, traslados aeropuerto, guías, seis noches en hotel de cuatro estrellas, excursión a la Aldea de Santa Claus, cena fin de año y fiesta, seguros de viaje, regalos, etc. Salidas: el 27 de diciembre (a las 11.50 y a las 17.35) y regreso el 2 de enero; precio por persona: adultos, 1.296 euros, niños (2 a 11 años), 924 euros. Politours (www.politours.es) ofrece el paquete Fantasía lapona de 5 días/4 noches, con avión ida y vuelta desde Madrid/Barcelona a Kemi y regreso desde Rovaniemi, 1 noche de hotel en Kemi y 3 noches en Rovaniemi, billete de tren de Kemi a Rovaniemi, 3 almuerzos, crucero en rompehielos Sampo, visita a la Aldea de Santa Claus, visita a granjas de renos y perros en motonieve, seguros e información; desde 1.630 euros por persona. Dimensiones (www.viajesdimensiones.com) ofrece varias opciones: fin de semana en Rovaniemi, dos noches en hotel cuatro estrellas, avión desde Madrid/Barcelona y seguros, desde 731 euros (safari en motonieve al Círculo Polar: 135 euros, safari nocturno en motonieve: 150 euros). Safaris en el corazón de Laponia: vuelos y traslados, 3 noches en hotel cuatro estrellas en Rovaniemi, 2 almuerzos, visita a la Aldea de Santa Claus y dos excursiones en motos de nieve, desde 1.460 euros por persona.