Montilla defiende retirar las ayudas a las empresas que se vayan de Europa
El ministro de Industria, José Montilla, apoyó ayer una política en toda la UE para que, entre otras cosas, se retiren las ayudas públicas a las empresas que se vayan de Europa, con deslocalizaciones 'oportunistas'.
Alemania y Francia han iniciado ya institucionalmente el debate de cómo frenar la deslocalización de sus empresas a países con menores costes laborales. Allí ya han surgido voces que abogan por retirar las ayudas públicas a las empresas que se trasladen a otros Estados.
En España también se había escuchado esta propuesta por parte del secretario general de UGT, Cándido Méndez y del secretario general de Empleo del Ministerio de Trabajo, Valeriano Gómez, entre otros, pero ayer fue el propio ministro de Industria, José Montilla, quien se mostró partidario de esta opción, al menos como una más entre una política conjunta que frene el fenómeno.
En declaraciones a la prensa tras unas jornadas sobre política industrial organizadas por la Federación del Metal de UGT (MCA) y el sindicato con más fuerza en Alemania, IG Metall, Montilla reclamó para toda Europa 'cauciones para dificultar deslocalizaciones oportunistas que han tenido ayudas públicas'. Con lo que se refería fundamentalmente a la retirada de las subvenciones públicas a las empresas que se marchen de los países europeos para aprovechar costes más baratos en otras partes del mundo.
La lucha contra la deslocalización debe orquestarse desde Bruselas
Y avaló esta iniciativa asegurando que se trata de una medida ya propuesta, según él no sólo en Francia y Alemania, sino también en 'algunas comunidades autónomas', en clara referencia a Cataluña, donde también se ha reclamado esta política.
Dicho esto, fue cauto y precisó que las medidas para frenar las deslocalizaciones no pueden basarse sólo en una retirada de las ayudas públicas que las empresas han tenido para radicarse en Europa. 'Tampoco se puede generalizar y habría que analizar caso por caso', dijo Montilla.
Lo que sí defendió claramente es que cualquiera que sea la medida que se adopte para combatir este fenómeno debe orquestarse desde Bruselas y que afecte por igual a todos los países europeos.
De esta manera, el ministro dejó entrever que España no adoptará en solitario la decisión de retirar las ayudas públicas a las empresas que se vayan del país, si las autoridades de Bruselas no instan a ello.
Previamente, Montilla no se olvidó de recordar a todo el auditorio que España se benefició de las deslocalizaciones de países como Italia cuando entró en la UE.
En opinión de uno de las multinacional implicadas en Alemania por el debate de la deslocalización, como es el caso de Siemens, su presidente en España, Eduardo Montes, explicó ayer en estas jornadas y ante numerosos sindicalistas del metal españoles y alemanes que 'no se puede ir en contra de la globalización' y por ello defendió que 'hay que deslocalizar con racionalidad'.
Esto se traduce, según Montes, en lo que ha hecho Siemens en España: 'deslocalizar a otros países empleos de bajo valor añadido y crear nuevos empleos con más valor'. Si bien el saldo final es siempre creación neta de empleo.
Sin embargo, no es eso lo que opinaron los líderes sindicales. Todos ellos insistieron en que para combatir la deslocalización es necesario 'un cambio de rumbo' de las políticas industriales europeas.
El secretario de IG-Metall de la zona de Renania del Norte y Westfalia, Detzel Wetzel, pidió ese cambio para terminar con el 'dumping social' que, según practican los empresarios europeos que amenazan con la deslocalización para lograr recortes de derechos sociales, bajadas de salarios y aumentos de la jornada. 'Hay que ir hacia lo mejor no hacia lo barato, porque si no perderemos la carrera, siempre habrá alguien que lo haga por menos dinero', dijo.
El líder de UGT, Cándido Méndez, coincidió con el alemán y advirtió que 'la sociedad del conocimiento sólo tiene sentido sobre una base industrial sólida'.