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UE

La fuerte demanda y las exportaciones tiran de la economía turca

Después de 45 años de negociaciones, Turquía se enfrenta estos días a la recta final de su ansiado proceso de adhesión a la Unión Europea. Las reformas llevadas a cabo por este país, sobre todo en el área económica, han posibilitado que hoy, más que nunca, Turquía se encuentre a las puertas de Europa, según un informe de Euler Hermes.

Los expertos ya la han bautizado como 'la pequeña China', ya que dispone de un vasto mercado interior, que se mantiene poco desarrollado pero que está progresando. Con una población de 71,5 millones de personas, casi la misma de los 10 países que entraron en la UE en mayo, si mantiene su actual crecimiento, en 2013 habrá superado a Alemania.

Gracias a la nueva política económica emprendida, Turquía prevé cerrar este ejercicio con un aumento del PIB del 7% y crecer un 4% en 2005, aunque el PIB total, que alcanzó los 212.000 millones de euros en 2003, apenas constituye la mitad del de los diez nuevos miembros y representa el 2,2% del PIB de la UE-25. Además, el PIB per cápita de Turquía se sitúa en 2.970 euros, mientras el de la UE asciende a 21.415. Estas optimistas perspectivas se basan en la extraordinaria evolución de la demanda interna (que crece más del 4%) y el vigor de las exportaciones, que han crecido un 46,6% desde 2001. El estudio destaca que el Gobierno haya apostado desde 2002 por una política presupuestaria de fuerte ajuste fiscal, lo que ha otorgado confianza al inversor doméstico y extranjero.

No obstante, el comercio exterior supone uno de los mayores desafíos, ya que debe recortar su déficit comercial y generar incrementos de productividad capaces de compensar la subida de la lira.

Los riesgos

La recuperación económica no basta para silenciar las críticas que aún se alzan respecto a Turquía. Los principales retos a los que debe enfrentarse son los procesos privatizadores y la necesidad de poner en marcha reformas en la banca y el mercado laboral.

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