Los 50, la edad crítica del ejecutivo
No tengo tiempo de pensar en la jubilación, pero soy consciente de que no soy capaz de hacer las mismas cosas que hacía con 30 años'.
No tengo tiempo de pensar en la jubilación, pero soy consciente de que no soy capaz de hacer las mismas cosas que hacía con 30 años'. Quien habla es Eduardo Rodríguez-Losada, consejero delegado de Diners Club en España, de 56 años, que reconoce que ahora se plantea el trabajo con el prisma y la experiencia que dan los años. 'He ganado en sensatez y en capacidad para tomar decisiones', afirma. Es un ejemplo de directivo que ha llegado a la cumbre de su trayectoria profesional, una edad que no deja indiferente a nadie.
Por un lado, el ejecutivo se encuentra en la cumbre de su carrera. 'A los cincuenta se está en la plenitud y en al madurez de sus facultades laborales', explica el psicólogo y socio de BLC Desarrollo, José Luis Catalina. Un ejemplo de esplendor profesional puede ser el que está viviendo en estos momentos el ex presidente de Gas Natural, Antonio Brufau, que con 56 años acaba ser nombrado presidente de Repsol. Por otro, lo que se vislumbra en el horizonte es la jubilación. Y más cuando la tendencia de las empresas pasa por plantear planes de prejubilaciones para profesionales que todavía no han llegado a su sexta década. 'Cada día y con más frecuencia pasan por mi despacho excelentes profesionales, en perfecta forma y con una experiencia interesante, que por motivos de regulación, cambios organizativos o la más cruel de las situaciones como son las prejubilaciones anticipadas, se ven con grandes dificultades para volver a encontrar el camino profesional', explica Juan José Planes, director de Konsac. Con este panorama no lo tienen nada fácil. 'Cuando lo que priman son los costes y los jóvenes tiran fuerte en cuanto a preparación, no pueden despistarse y han de mantener la ilusión por actualizarse constantemente', recomienda el psicólogo Catalina.
Las nuevas generaciones pueden suponer, para algunos, una amenaza. Para otros no lo son tanto. 'A mí los jóvenes me dan una pena horrorosa porque están prisioneros de una sociedad competitiva y cruel', afirma Fernando de Salas, presidente de Uniconsult, a la vez que aclara que le encanta trabajar con ellos. 'Porque nos complementamos muy bien. Los mayores tenemos la brújula, orientamos; y ellos son muy receptivos y tienen ganas de aprender', explica.
'La juventud tiene un bagaje tecnológico que es una limitación para mi generación'
Lo terrible es cuando un directivo, en plena madurez profesional, es desplazado de su puesto porque la organización ha decidido marcar otro ritmo y otorga su confianza a perfiles profesionales con menos experiencia, pero con más ímpetu. 'Eso es muy duro porque de repente se encuentran con que no son útiles y sienten cierta frustración', señala Jesús Correas, director de Dopp Consultores. También ocurre, matiza Correas, que el ejecutivo se haya quedado desfasado y que esté dispuesto a adaptarse a los nuevos requerimientos de la empresa. 'Hay gente que se ha quedado anquilosada. Saben hacer lo que hacen, pero no han evolucionado', matiza Correas. El dominio de las nuevas tecnologías puede ser uno de los inconvenientes que tienen los que han pasado la cincuentena. 'La juventud tiene un bagaje tecnológico que para mi generación es una limitación', señala el consejero delegado de Diners Club España, Eduardo Rodríguez-Losada, que con mucha humildad reconoce que la formación de la nueva cantera 'es muy buena y mejor de la que yo aportaba'.
Pero lo que no deben olvidar las empresas es que el nivel de responsabilidad que se exige a un ejecutivo requiere de experiencia. 'No tener en cuenta ese capital puede ser un error para la compañía porque hay gente mayor con espíritu joven que coge los retos como si fueran los primeros', señala el psicólogo José Luis Catalina, que aconseja a todo profesional que no se duerma en la zona de confort.
Han de ser capaces de tener iniciativa profesional. 'Es algo que no se debe perder nunca', asegura Jesús Correas. Pero también deben estar preparados para despojarse del manto de armiño y dejar el bastón de mando. 'Es necesario saber estar arriba y también estar abajo. Hay que saber correr y reorientar la carrera', señala este consultor. Y además tener flexibilidad para saber afrontar nuevas situaciones laborales. 'Por ejemplo, si una empresa decide que necesita expatriar a una ejecutivo, aquel que tiene más edad va a poner más inconvenientes que el joven. Cuando no estás dispuesto a dar respuesta a las necesidades de la empresa se puede llegar a estar en una situación delicada', explica Correas. Los expertos concluyen que 'se necesita talento y serenidad para tomar decisiones'. Y eso se consigue con madurez.
Fernando de Salas Presidente de uniconsult
'Todavía me queda mucho por aprender'Habla por experiencia. Tiene 56 años y no se siente amenazado por las nuevas generaciones. 'No he perdido el vigor y las ganas de hacer cosas. Estoy en una edad en la que he cogido velocidad y oficio', explica Fernando de Salas, presidente de Uniconsult, que asegura que la edad potencia lo bueno y lo malo. 'Pero se tiene una mayor comprensión de cómo funcionan los negocios y la sociedad'.Considera que se tiene experiencia en el dominio de las personas y se ofrece mayor sensación de seguridad. 'Todo eso lo da la sabiduría de saber qué teclas hay que tocar para que suene una melodía'.A los 50 años, dice De Salas, al ejecutivo se le ha pasado el 'sarampión del glamour y la escala de valores la tiene ordenada'. Cuando se la habla de jubilación, pregunta: '¿Qué jubilación? Yo tengo todavía mucha vitalidad todavía'. Y cita como ejemplo a su padre que con 85 años dirige una ONG. 'Todavía me queda mucho por aprender'.
JUAN JOSæpermil; PLANES Director General de Konsac
'Aportan un hecho diferencial'Muchos ejecutivos que han llegado a la cincuentena y son invitados a abandonar la empresa después de haber vivido situaciones diferentes, 'son grandes profesionales a quienes han decido desaprovechar por una cuestión que nada tiene que ver con su valía personal y, que más bien al contrario según mi manera de entender las cosas, aportan un hecho diferencial importante: la experiencia', afirma el director general de Konsac, Juan José Planes.Y es que la edad permite haber vivido situaciones diferentes y también tomar una cierta distancia de los problemas y actuar ante cualquier situación con una visión mucho más objetiva. 'Los años y la experiencia debidamente combinadas con las competencias son un magnífico cóctel para desempeñar de forma acertada las posiciones de mayor responsabilidad en las organizaciones empresariales', dice Planes, que lanza un mensaje para que nadie desperdicie talento.
Jaime Pereira Consultor de recursos humanos
'Cuando más rinden los mandan a la calle'Hay que ser respetuosos con todos los seres humanos excepto con los que han llegado a los cincuenta. æpermil;stos no merecen estar entre los protegidos. Lo explica el consultor y experto en temas de recursos humanos Jaime Pereira. 'Personas brillantes, trabajadoras, honestas, que por el hecho de llegar a la edad mítica son los primeros en pasar a la lista de afectados en un expediente de regulación de empleo', señala. Después de haber invertido en esos profesionales 'ingentes cantidades de dinero en formación, cuando más están rindiendo los mandan a la calle porque ya son viejos', afirma este experto.'Es curioso que esto ocurra en el mundo de las empresas privadas. En la política es diferente, aquí sí se valora la experiencia y así podemos ver la edad media de los que están al frente de los diferentes gobiernos'. Y asegura que 'ya se sabe que a la vejez, viruelas'.