El combativo fiscal Eliot Spitzer salta a la arena política
Antes de fin de año lo decidiré'. Así respondía Eliot Spitzer a quien le preguntaba por su definitiva entrada en la política. Y antes de fin de año lo ha hecho. El combativo fiscal general de Nueva York, cuyas investigaciones sobre Wall Street y el sector asegurador en los últimos años han revolucionado al sector financiero, confirmó ayer a la agencia Associated Press que presenta su candidatura a gobernador del Estado de Nueva York para las elecciones de 2006, representando al partido demócrata.
En su página en la Red, www.spitzer2006.com, explicaba sus motivos.
'El Estado está en crisis'. 'No estamos haciendo lo necesario para crear nuevos buenos empleos, vecindarios seguros y buenos colegios. El sistema está roto'. Su página web lleva meses en marcha y podría haber servido tanto para la campaña a gobernador como a la fiscalía a renovar en ese mismo año.
El fiscal pone así sus credenciales de policía financiero y defensor de los accionistas a disposición de un servicio más amplio, algo que era un fuerte rumor desde hace tiempo y que ganó peso cuando el senador demócrata Charles Schumer dijo en noviembre que no intentaría hacerse con el poder en Albany (sede del Gobierno de Nueva York). Schumer era el más fuerte oponente de Spitzer que aún no sabe si tendrá que participar en unas primarias.
Tampoco sabe si se medirá con el actual gobernador republicano, George Pataki, quien aún no ha confirmado que participe para ser reelegido por cuarta vez. Una encuesta de Zogby International daba a Spitzer la semana pasada el 44% de los votos y a Pataki el 41%.
Los rumores sobre la entrada en política del fiscal, de quien se dice en la página web de su propia oficina que 'se está construyendo una reputación como abogado del pueblo', han levantado la sospecha de que sus acciones sobre el mundo de las finanzas estuvieran motivadas políticamente. 'Se le percibe como un político', decía a este diario un ejecutivo de Wall Street que pedía anonimato. 'Veremos si sus reformas son positivas', decía.
Nell Minow, quien desde la presidencia de The Corporate Library aboga por los derechos de los accionistas y el buen gobierno de las empresas aseguraba a este periódico que popularmente se conoce a la Asociación Nacional de Fiscales Generales como la 'Asociación Nacional de Futuros Gobernadores' y desecha las críticas de quienes creen que sus actuaciones judiciales están motivadas políticamente. 'Sí es ambicioso pero no hay nada malo en ello, además ¿cuál es la alternativa que aportan sus críticos cuando va contra el fraude en Wall Street o en los fondos de inversión? ¿No hacer nada?'.
Los que apoyan la labor del fiscal recuerdan lo políticamente cuidadoso que ha sido al no querellarse nunca contra una entidad (algo que puede hacerse en EE UU). Desde su oficina solo han salido demandas civiles porque una sentencia de culpabilidad criminal puede implicar la desaparición de una compañía y sus trabajos, algo que le restaría popularidad.
Trazas de político populista
Spitzer habla muy claro y con mucho aplomo. Dice con quien quiere negociar y con quien no. A los reguladores les dice lo que tienen que hacer y a los legisladores lo que deberían legislar. No se muerde la lengua y es sarcástico. æpermil;l, que tantas pistas ha conseguido con indiscretos e mails, aseguró en una cena de gala que le hacía mucha ilusión conocer a tantas personas que solo conocía por leer sus correos. Es una característica que los ciudadanos de Manhattan, exceptuando los que trabajan en Wall Street, aprecian y disfrutan. Admiradores y detractores reconocen que tiene lo que los americanos llaman 'drive': fuerza, iniciativa.Además en una sociedad donde la imagen es esencial para un político, el fiscal añade puntos. Sin ser el hombre más guapo de la ciudad, la revista New York le tiene en su lista de 'los 50 new yorkers más sexy'. El fiscal respondió diciendo que a sus hijas les hizo mucha gracia.No todos sus admiradores están felices con su candidatura. El ex presidente de la SEC, Arthur Levitt, cree que Spitzer es más útil como abogado de los consumidores desde la fiscalía.