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Ofensiva sobre el segundo banco del país

Escenarios para un combate

El intento de entrada de Sacyr Vallehermoso en el capital del BBVA como primer accionista ha llegado a un punto crítico, sin posibilidad de retorno. Ya es un combate abierto entre las dos partes, y cada una afila sus armas tratando de anticiparse a los pasos del contrario. El banco no descarta meterse de lleno en una guerra jurídica y Sacyr proclama que no se rinde.

Con esta declaración de intenciones de la constructora, el banco descarta una de las posibilidades que manejaba tras conocer las intenciones del presidente de la constructora, Luis del Rivero. La opción era que la empresa se conformara con lograr plusvalías, después de tomar posiciones para poder adquirir el 3,1% del banco a buen precio (mediante un instrumento de cobertura como una opción de compra) y luego vender a uno superior.

Otro escenario posible dentro de la operación es que la cuarta constructora por beneficios del país decida cambiar de táctica y exhiba los apoyos que ha invocado ante el BBVA. El banco asegura que Del Rivero le comunicó al consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, que podía agrupar hasta un 8% del capital.

De momento, Sacyr sólo ha declarado oficialmente que tiene intención de llegar al 3,6% (el 0,5% lo comprarían los consejeros de la constructora Juan Abelló y Demetrio Carceller). Los respaldos ocultos de Del Rivero a los que todo el mundo apunta están agrupados en torno al ex vicepresidente del BBVA, José Domingo Ampuero, que habría recabado el apoyo de familias vascas del clan Neguri. Todos ellos, damnificados por el escándalo de las cuentas secretas y tras una remodelación integral del consejo del banco. El presidente, Francisco González, 'ha dejado muchos enemigos en el camino', apunta un ex banquero. Sin embargo, varias fuentes señalan que estas familias tienen un porcentaje inferior al 1%.

El tercer flanco

Hasta ahora, el consejo de Sacyr no ha dado muestras públicas de desacuerdo con las decisiones impulsadas por Del Rivero y respaldadas por el empresario Juan Abelló, que cuenta con un 8,98% en la constructora y es consejero del Santander con el 0,24% del capital. Sin embargo, algunos accionistas han manifestado extraoficialmente su sorpresa por la decisión de querer lograr una posición de peso en el consejo del banco. Y la entidad no descarta la posibilidad de que surjan grietas en el consejo y se derive de una unanimidad a un desacuerdo que aborte la operación. Sólo Del Rivero y Abelló agrupan un 21,7%. A esto se sumaría el 5,3% que tiene la constructora portuguesa Somague (controlada por SyV), que ya ha expresado su apoyo a la compra.

Una posición de debilidad obligaría a cambiar de estrategia para allanar el camino en el BBVA.

En este momento, la pelota está en el tejado de Sacyr. Su premisa de que el desembarco en el segundo banco del país debe contar con la 'no oposición' del Banco de España dificulta más los pasos de la constructora.

Mientras, al BBVA, tras la ofensiva plasmada en el comunicado a la CNMV de ayer, le queda esperar el movimiento de su oponente. Pero no por ello baja la guardia.

La cúpula del banco es consciente, por un lado, del peso que tendrá el cuerpo a cuerpo en el ámbito mediático. Los expertos presagian que si Sacyr tarda en resolver la operación, el BBVA seguirá días y días en el foco de los medios de comunicación y aunque la constructora no consiga su objetivo, sí logrará que la imagen del presidente del banco quede tocada.

Por otro, la entidad descarta el elemento político tras las declaraciones del vicepresidente económico Pedro Solbes, quien negó que el Gobierno haya intervenido y afirmó que es una operación entre empresas en la que las partes deben hablar entre sí.

Pero el tercer flanco puede traer problemas a Sacyr. El banco, con las objeciones declaradas por escrito ayer a la CNMV, ha dado ya pasos para una guerra jurídica, según fuentes del banco. La batalla, que se augura larga, acaba de empezar.

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