Competitividad perdida
Los datos publicados ayer por el Ministerio de Industria demuestran que la competitividad de la economía española pierde puntos a pasos agigantados. En sólo doce meses, España ha perdido 4,4 puntos porcentuales de competitividad respecto a la OCDE. Buena parte de este declive se explica por la subida del euro respecto a divisas como el dólar o la libra esterlina. Sin embargo, el tipo de cambio juega un papel menos importante en las relaciones con la Unión Europea, ya que compartimos divisa con nuestros principales socios comerciales en la zona, y aquí también se ha registrado una pérdida de competitividad de 3,7 puntos. En este caso, el principal lastre es un diferencial de precios que no cesa de crecer. Los planes del Gobierno para impulsar la productividad pueden ayudar a mejorar la situación a largo plazo, pero sería bueno contar también con algunas medidas de choque que ayuden a poner coto a ese diferencial a corto.