Alemania no logra frenar la sangría de su mercado de trabajo
La tímida recuperación de la economía alemana, primera de la eurozona, sigue sin reflejarse en el mercado laboral. Según los datos desestacionalizados publicados ayer, el paro aumentó en noviembre hasta los 4,46 millones de personas y la tasa de desempleo pasó del 10,7% al 10,8%, la más alta desde diciembre de 1998.
Sin eliminar los factores estacionales, se contabilizaron 4,25 millones de parados, 50.800 más que el mes anterior. La noticia llega pocos días después de conocerse que la confianza empresarial bajó en noviembre en Alemania hasta el mínimo anual y que algunas grandes empresas, como BASF o el banco Deutsche Bank, proyectan duros recortes de plantilla en el país.
El ministro alemán de Economía, Wolfgang Clement, responsabilizó del aumento del paro el pasado mes a los efectos de temporada. Por su parte, el presidente de la Oficina Federal de Empleo, Frank-Jürgen Weise, dijo que hay señales claras de que la demanda interna, el 'talón de Aquiles' de la economía germana, se está recuperando pero reconoció que el crecimiento económico aún no es suficiente para impulsar el mercado laboral. 'El problema es que sobre todo las grandes empresas están destruyendo empleos en este momento', añadió Weise.
La tasa de desempleo alemana alcanza el 10,8%, el valor más elevado en seis años
En las últimas semanas algunos de los principales consorcios del país han anunciado importantes recortes de sus plantillas alemanas para reducir sus costes. El grupo químico BASF dijo a finales de noviembre que suprimirá 3.600 puestos de trabajo antes de 2007 en su sede de Ludwigshafen, que emplea a unas 35.000 personas.
Deutsche Bank, por su parte, confirmaba ayer que eliminará 1.920 empleos, un 7% del total de sus trabajadores en Alemania. Los altos costes laborales y la escasa flexibilidad del mercado dificultan la creación de empleo en Alemania, donde muchos empresarios prefieren trasladar sus compañías a países vecinos como Polonia o la República Checa, con condiciones mucho más ventajosas.
Además, las firmas alemanas, muy dependientes de la exportación, se enfrentan desde hace algunos meses a un euro cada vez más fuerte frente al dólar y que reduce su competitividad fuera de la eurozona. La divisa europea alcanzó ayer en Fráncfort un nuevo récord histórico de 1,3385 dólares, aunque no logró mantenerse mucho tiempo en esta marca.