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Tribuna
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Algunas comunidades quieren más a la empresa familiar

El Gobierno de Madrid acaba de aprobar una reducción de 50.000 euros en la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones para aquellas personas que no están aún exentos de este gravamen -es decir, para herederos mayores de 21 años-. De acuerdo con su Consejería de Hacienda, se trata de una medida que beneficiará a muchas empresas familiares por la tendencia de estas a mezclar negocio y patrimonio familiar. El análisis es correcto, aunque sería adecuado señalar que las participaciones en empresas familiares ya están exentas como mínimo en un 95% de esta carga y que la separación de ambos ámbitos es una medida que mejora el gobierno de estas entidades, por lo que debe impulsarse desde todas las instituciones.

No obstante, esta afirmación resulta incompleta si no se acompaña de una comparación con lo que está ocurriendo en otras comunidades. Antes, no está de más recordarles a los responsables de las Administraciones nacional y autonómica que no hay dos comunidades que tengan el mismo régimen, lo que hace tremendamente complicado su conocimiento -sobre todo a las pymes, que son las compañías que más dificultades tienen para acceder a los servicios de asesores-.

Además, en ocasiones puede distorsionar decisiones de inversión que deberían atenerse a criterios puramente mercantiles. Mientras que ser fiscalmente competitivo a nivel internacional es positivo para el conjunto del país, la competencia intrarregional en esta materia no suele serlo. Las comunidades de País Vasco, Navarra, La Rioja y Cantabria son las más avanzadas en materia de fiscalidad de sucesiones. Las transmisiones de esta naturaleza están prácticamente exentas en su totalidad.

Un buen ejemplo del efecto negativo de la fragmentación del marco fiscal lo tenemos en las dos últimas comunidades mencionadas, que han aprobado la exención por efecto contagio. Su mismo temor a una deslocalización hacia sus vecinos -más que la propia iniciativa de sus Ejecutivos- seguramente será el que llevará en el futuro a otras comunidades geográficamente próximas a seguir su iniciativa.

De las comunidades que no han aprobado la eliminación del Impuesto sobre Sucesiones, las que más avances han realizado en el marco fiscal de la empresa familiar han sido Murcia y Castilla y León. En éstas, entre otras medidas, se ha elevado la exención del 95% al 99% y se ha ampliado el derecho a la misma más allá de los familiares de segundo grado.

Madrid, a tenor de la medida antes mencionada, debe considerarse dentro de este grupo de cabeza. Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias no han realizado mejora alguna sobre los mínimos previstos en la normativa estatal, algo preocupante si se tiene en cuenta que son regiones en las que tradicionalmente las empresas han tenido más problemas para crecer que en otras partes de España.

Otra de las medidas que ha aprobado Madrid ha sido la mejora de la fiscalidad de las donaciones de participaciones en empresas familiares. El régimen común establece la exención de este tipo de transmisiones en supuestos determinados -mantenimiento de lo adquirido al menos 10 años y que el donante tenga 65 años o más-. El legislador definió estas circunstancias de forma estricta, lo que dificulta su aplicación, dando la oportunidad a las comunidades de flexibilizarlos. Galicia, Valencia, La Rioja y ahora Madrid son las únicas que han hecho uso de esta posibilidad. Los avances en las demás son nulos o testimoniales. Teniendo en cuenta que este instrumento es cada vez más importante en la continuidad de la empresa familiar, sería deseable una evolución similar a la que ha seguido la tributación en sucesiones.

En España hay una serie de comunidades que están avanzando en dos direcciones: apoyo claro a la empresa familiar y eliminación del impuesto sobre sucesiones. Las formas en que se están materializando estas políticas son muy diferentes y convendría mayor homogeneidad. Del mismo modo, es necesario que aquellas comunidades que han quedado rezagadas, y que son a menudo las que mayores problemas de competitividad tienen, avancen con rapidez por el camino que otras ya han emprendido.

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