Plan de choque para frenar la debilidad de Clesa
Parmalat muestra preocupación por la evolución operativa de Clesa en los últimos meses, especialmente después de registrar una caída del 32,6% en el Ebitda hasta octubre. Para hacer frente a esta tendencia negativa, la compañía italiana ha planteado un plan de choque que, tomando como punto de partida las medidas definidas en el plan industrial del grupo, consiga la mejora de las cifras de la empresa española. El equipo gestor que lidera Enrico Bondi, administrador extraordinario del grupo italiana desde la suspensión de pagos, pretende 'identificar y valorar una serie de acciones de recuperación en áreas de producción, logística y distribución'.
La matriz italiana reconoce que la debilidad de las cifras en los diez primeros meses del ejercicio se debe al incremento de los costes 'que no puede ser totalmente compensado por aumentos de precios' así como a las malas condiciones climáticas del pasado verano, que ha ralentizado el consumo de algunos productos relacionados, como los helados y el yogur líquido.
Además, el grupo ha reconocido 'problemas específicos' en determinados segmentos del mercado: en el de yogur y en el de los postres, las ventas se han visto afectadas por las campañas promocionales 'agresivas' de los competidores. En el segmento de leche con sabores, se ha visto afectado por los 'anuncios de televisión, cada vez más intensivos'.
En total, la multinacional Parmalat registró hasta octubre una cifra de negocio de 3.047,6 millones de euros, lo que representa un descenso del 2,5% sobre los 3.127 millones de igual periodo del año pasado. Sin embargo, el Ebitda aumentó un 19,8%, hasta 214,4 millones de euros. La empresa atribuye la mejora al 'éxito de las iniciativas de marketing' y a los 'esfuerzos por controlar los costes'.