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Ahorro

La tasa de ahorro de los hogares españoles se estabiliza en el 10,6%

La tasa de ahorro de los hogares españoles se estabilizó el pasado ejercicio en el 10,6% de su renta disponible y ha superado los 50.000 millones de euros, según datos de la Contabilidad Nacional de España difundidos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esa tasa es resultado de unos aumentos cercanos al 6%, tanto en la renta disponible de las familias como en su gasto en consumo final. Las rentas primarias de los hogares, es decir, las generadas en el proceso productivo, crecieron el pasado año el 6,4%, según el INE, que destaca el incremento del 6,7% de la remuneración de asalariados y del 9,8% experimentado por el saldo neto de las rentas de la propiedad.

Sin embargo, el proceso de redistribución ha reducido ese crecimiento de las rentas primarias hasta el mencionado 6% experimentado por la renta disponible, debido al menor incremento de las prestaciones sociales recibidas por los hogares (el 2,5%) y al déficit en las transferencias corrientes percibidas.

El ahorro de las familias fue suficiente para financiar el fuerte incremento de la inversión que realizaron, que fue el 12,9% superior a la del año anterior, pero ha situado la capacidad de financiación en 1.722 millones, cifra que equivale al 0,2% del PIB y que es la más baja de toda la serie contable desde 1985.

Por el contrario, el conjunto de la economía española necesitó captar del exterior 15.553 millones de euros para financiarse (el 2,1% del PIB), es decir, 4.636 millones más que en el ejercicio precedente.

Tanto la renta disponible como el gasto en consumo final crecieron en torno al 6,3% y permitieron generar un ahorro superior a los 168.000 millones, cifra que, pese a ir unida a un superávit de transferencias de capital de más de 9.000 millones, fue insuficiente para financiar la inversión en capital fijo (194.000 millones).

La distribución por sectores institucionales indica que tanto las sociedades no financieras como los hogares y, en menor medida, las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares empeoraron su situación financiera en 2003.

Sin embargo, ese resultado fue parcialmente compensado por el mejor resultado de las instituciones financieras y, sobre todo, de las Administraciones Públicas, que, por primera vez desde 1995, tuvieron superávit.

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