Reservas, dólares y euros
Si invitásemos a los bancos centrales a jugar una partida de Monopoly, además de calles, avenidas, hoteles y casitas, tendrían, como es habitual, una partida de dinero en efectivo. Son lo que, en la realidad, se llaman las reservas.
Los jugadores de Monopoly van cambiando y variando sus estrategias, adaptándolas por un lado a la situación de cada momento, y por otro, a sus previsiones de futuro. No estamos pues muy lejos de la realidad. Y los bancos centrales, tienen sus reservas básicamente, que no únicamente, en dólares y euros.
Veamos primero cuál es el pasado. Antes del nacimiento del euro, la divisa por excelencia en las reservas era, lógicamente, el dólar. Pero desde el nacimiento de la divisa comunitaria, las cosas han ido cambiando.
En 1999, el 64,9% de las Reservas mundiales de los bancos centrales estaban cifradas en dólares. Un 13,5% en el naciente euro, un 5,4% eran yenes japoneses y un 3,6 % libras esterlinas.
¿Qué ha sucedido hasta ahora? ¿Cómo se han movido las cosas? ¿Cómo se han ido adaptando los jugadores a la nueva situación? Pues en el bienio 2000-2001, el dólar no sólo seguía siendo el mayoritario, sino que seguía creciendo. Concretamente, el 66,6% de las reservas acumuladas por los jugadores estaban en esa divisa en el año 2000, y la cifra subía ligeramente hasta el 66,9% en 2001.
En ese mismo periodo, las reservas en euros, pasaron al 16,3% y 16,7 % respectivamente. Y también subían las reservas en libras esterlinas, que alcanzaban el 3,8% en 2000 y el 4% en 2001. Sin embargo, los yenes, sufrieron un cambio de tendencia. En 2000 habían alcanzado el 6,2% del total, pero en 2001 bajaban hasta el 5,5%.
No fue hasta 2002 sin embargo, cuando el dólar comenzó a perder fuerza como moneda de reserva. Durante ese año, el porcentaje cayó en más de tres puntos, situándose en el 63,5%, pero por contra, la moneda europea, subió en casi esos mismos tres puntos, llegando a alcanzar el 19,3% del total.
También las libras esterlinas seguían al alza y llegaron al 4,4% y los yenes japoneses continuaban bajando para situase en el 5,2%. Había pues variaciones. Los jugadores estaban moviendo ficha.
El año pasado, 2003, fue un ejercicio de confirmación de tendencias anteriores. El dólar seguía durante el pasado año copando ese 63 % de las reservas conjuntas de los bancos centrales, mientras que la moneda única europea, el euro, seguía creciendo, esta vez más ligeramente, llegando a casi el 20%. La libra esterlina quedaba estancada en eses 4,4% y los yenes japoneses continuaban con su tendencia a la baja, pasando a sólo un 4,8% del total.
Hasta ahora, hemos hablado de la evolución de la situación en el conjunto de jugadores. Quizá sea interesante analizar su posición actual de forma individualizada. Veamos el área asiática, una de las que más influencia tienen en el juego.
Japón, ha pasado en un año de tener el 35% de sus reservas en dólares a tener sólo el 23,6%. China, ha bajado del 34% al 14,9%; Taiwán del 19,5% al 6,8%; Corea del 23,6% a sólo el 5,2%; Hong Kong también soltó dólares, aunque de forma más modesta: del 6,3% al 3,5%. También India y Singapur se sumaron a la tendencia, pasando del 32,5% al 3,4% y del 14,5% al 3,1%, respectivamente.
En el área centroamericana, tomemos como ejemplo a México, que bajó del 8,6% al 1,7%.
Y, para finalizar, dejo ex profeso a Rusia, que tenía el 74,8% de sus reservas en dólares, que bajaron hasta un espectacular 3,3%.
Ya hemos visto el pasado, las tendencias y las evoluciones, las estrategias de los jugadores. Ya no nos quedaría más que reflexionar sobre el futuro.
De momento, inquietud. Inquietud por esa fortaleza del euro, quizá no tan inesperada si hubiéramos sido capaces de analizar las tendencias y movimientos de los jugadores.
Ahora ya hay quien opina, que ya le tocaría mover ficha al Banco Central Europeo. Aunque eso sea objeto de muchas controversias.