Mercados de tiza y pizarrín
La Bolsa de Kenia se automatiza. Después de 10 años de retraso, este mercado africano pondrá en marcha en breve una depositaría central de valores. Para el año que viene prevé lanzar un mercado electrónico.
De cuando en cuando, las agencias de noticias surten a los medios con imágenes de las Bolsas de países en desarrollo, donde aparecen exóticos brokers cuya herramienta de trabajo es la tiza y el pizarrín. El de la Bolsa keniata es un ejemplo de los avances que se están produciendo en mercados de valores no desarrollados y que tienen más importancia de la que a primera vista parece.
Kenia puede no ser, al menos de momento, un mercado de interés para los inversores occidentales. Pero existen muchos países emergentes cuyas Bolsas no andan muy lejos en términos de desarrollo de la de este país africano.
Uno de los riesgos que tiene invertir en los mercados emergentes es la posibilidad de que se produzca un crash económico repentino. Pero otro riesgo del que no se habla habitualmente es que el dinero que se invierte puede no recuperarse por la falta de garantías en el funcionamiento del propio mercado.
Problemas de liquidez y contrapartida son más habituales de lo que pudiera parecer en países no tan lejanos como la propia Rusia, donde la falta de garantías de los depositarios de valores es patente. Es decir, que no existe un sistema fiable que garantice que el inversor es propietario de las acciones. El propio supervisor de aquel país se reconoce incapaz de luchar contra problemas de envergadura como la profusión de información privilegiada.
Otro problema: el inversor que quiera vender sus acciones en un mercado emergente deberá armarse de paciencia, porque la liquidación puede alargarse más de lo previsto. Por estas y otras razones, los expertos recomiendan acercarse a estos mercados través de fondos de inversión, que garantizan la liquidez y la diversificación necesarias.
Es cuestión de tiempo que estos mercados se modernicen. Hasta entonces, mejor andar con pies de plomo por esos parqués.