Lula continúa fuerte, y Brasil también
Alguien podría pensar que con las derrotas del Partido de los Trabajadores (PT) en São Paulo y Porto Alegre el presidente Lula ha perdido fuerza. Nada más lejos de la realidad. El PT ha sido el partido victorioso en el resto del país, la política económica no tiene por qué cambiar y, como mucho, el presidente Lula podría hacer alguna pequeña reforma destinada a dotar a su equipo de Gobierno de mayor agilidad operativa.
¿Qué es lo que puede contar hoy Brasil que sea mejor que lo que pueden contar otros países emergentes? Puede contar lo siguiente:
l Que su balanza comercial ha tenido una notable recuperación desde 2002 y se prevé que el país acumulará en los 12 meses de 2004 un superávit comercial de 32.650 millones de dólares, el sexto mayor del mundo, después de Alemania (188.000 millones de dólares), Japón (132.700), Rusia (71.800), Canadá (49.300) y Holanda (34.200).
l Que el superávit acumulado en cuenta corriente se estima que será este año de 9.299 millones de dólares, con un aumento sensible sobre los 4.016 millones de 2003.
l Que ha disminuido de forma importante la deuda externa del sector privado, estimándose que a finales del 2004 sea de 80.145 millones de dólares (a principio de año era de 95. 521 millones). Y también lo ha hecho la deuda externa líquida, que se prevé sea de 150.837 millones de dólares, frente a 165.635 millones en diciembre de 2003. El ratio del servicio de la deuda externa (incluida la del FMI) sobre la cifra de exportaciones de bienes y servicios es ahora del 53,78 %, frente al 66,16 % de 2003, y la relación entre el saldo de esa deuda y las mismas exportaciones de bienes y servicios será del 185,17% al finalizar 2004, frente al 257 % de un año antes.
l Que se espera un crecimiento real del PIB en 2004 del 4,56 %, versus el 0,3% en el año 2003, lo que supone pasar en términos monetarios de 470.900 a 599.400 millones de dólares. En paralelo, la renta per cápita subirá de 2.658 dólares en 2003 a 3.337 dólares en este año.
l Que Brasil es ya casi autosuficiente en petróleo. El consumo interno está cubierto por petróleo propio en un 85%.
En resumen, Brasil tiene un solvencia internacional que le permite una financiación importante, aunque todavía cara, y una proyección optimista del riesgo país, que puede estar alrededor de los 400 puntos básicos. Pero el principal activo brasileño es en este momento la mejora de los índices de confianza empresarial y de los consumidores.
Brasil está en condiciones de iniciar una etapa de crecimiento sostenido, compatible con la reducción de la pobreza y la desigualdad social. Como dijo Antonio Palloci, ministro de Hacienda: 'No hay atajos a la prosperidad. El único camino pasa por crear instituciones fuertes y creíbles, aplicar políticas sostenibles y apostar por un crecimiento socialmente responsable'. Brasil tiene una economía con un PIB similar al español, un sector primario muy desarrollado y una estructura industrial diversificada, y además es un global trader con sectores que cuentan con una importante proyección en los mercados internacionales.
Pero no deben bajar la guardia, pues todavía existen incertidumbres: El crecimiento eternamente incierto, la no buena estructura de la deuda interna, la lentitud de las reformas. Y también lograr la mejora gerencial en algunas áreas del Gobierno, acabar con la exhibición permanente de ambigüedades, lograr que la distribución de la riqueza alcance a todos las capas sociales de la población.
A nivel macro las cosas van bien pero no sucede lo mismo a nivel microeconómico. Las agencias reguladoras no están reguladas, pero ya existe un proyecto de ley para ser aprobado por el Gobierno. Aunque el programa Hambre Cero ha quedado incluido en otro más amplio denominado Bolsa Familiar, más racional y eficiente, es necesario impulsarlo más
Pero como se dice en ese gran país, bola pra frente.