Disney muestra su cara menos mágica
En 1995 Michael Eisner se sometió a una operación de corazón. Camino del quirófano pensó que estaba al borde de la muerte y en ese momento pidió a su mujer que llamara a Disney, la empresa que dirigía, para decir al Consejo que si fallecía contrataran para sustituirle a 'Ovitz o a Barry Diller'.
Eisner se recuperó y, por lo que pudiera pasar, en octubre de 1995 contrató como su segundo a su amigo Michael Ovitz, un agente de Hollywood. Meses después, mandó una carta a dos consejeros en la que decía: 'Si me arrollara un camión, no me reemplacéis con Ovitz'.
Con declaraciones como esta y de otros testigos, actas y anotaciones, se sustancia en Georgetown (Delaware) un proceso que está mostrando las interioridades de la gestión de una de las mayores compañías del mundo de medios y entretenimiento. Y lo que se oye no responde a la imagen amable de la multinacional del ratón Mickey. Es menos mágico y mucho más mundano.
'Si me arrollara un camión, no me reemplacéis con Ovitz', dijo Eisner
El juicio se inició con una demanda interpuesta por un grupo de accionistas hace siete años. Según los accionistas, el Consejo no estudió el contrato de Ovitz ni la cláusula que contemplaba que su despido injustificado le daba derecho a cobrar 140 millones de dólares. Ovitz fue obligado a dejar su puesto 14 meses después de ser fichado y se llevó los millones. Los accionistas creen que su ineficacia en el cargo fue la causa del despido por lo que no tenía derecho a indemnización. La demanda contra Ovitz, Eisner y los consejeros en aquellos años persigue que Disney recupere los 140 millones y 60 más de intereses.
En el juicio, Eisner se ha visto en la difícil e irónica tesitura de estar del lado de Ovitz para defender su propia gestión. La semana pasada dijo que en 1995 creyó que la decisión de contratar a su amigo era buena aunque más tarde se dio cuenta de su error. Sin embargo, para Eisner las razones del despido no eran como para no indemnizarle. Según su declaración, su segundo no era la persona ideal para el puesto simplemente porque sus iniciativas no eran apropiadas para una empresa tan conservadora como Disney.
Ovitz declaró hace semanas que quiso negociar la compra de EMI o Putnam Publishing. Era un momento difícil ya que en esa época Disney digería la adquisición de la cadena ABC. Eisner le disculpaba. 'Sabía que él quería hacer algo grande. Sin embargo, yo le pedía que se centrara en el día a día'. Eisner se contradijo: también aseguró que no recordaba muchas de las propuestas 'grandiosas' que Ovitz testificó que hizo.
Y esta no es la primera vez en la que el ejecutivo ha tenido problemas para mantener el equilibrio que la estrategia de su defensa requería. De varios de sus documentos hechos públicos y algunas declaraciones en el estrado han salido caracterizaciones de Ovitz muy duras. 'Mentiroso', 'psicópata', 'inadaptable' e 'incompetente'. 'Todo lo que hacía era gestionar a Ovitz. No hacía nada más en todo el día', llegó a decir. Eisner ha hecho pública su frustración con su amigo porque además llegaba tarde a las reuniones, no iba en autobús con los directivos cuando se desplazaban juntos, sino en su limusina, y no trataba de ganarse la confianza de nadie en Disney.
Para Eisner, lo peor fue que en el funeral de su madre, Ovitz montó una escena fuera de lugar a un chofer por bloquearle la salida del cementerio. Fue entonces cuando escribió que estaba harto de controlarle y que cualquiera menos él para sustituirle. Eisner admitió que intentó que Sony le fichara para ahorrarse la indemnización y lamenta haber tenido que pagarla.
Según este ejecutivo, el consejo estaba informado. 'Ninguna contratación ha sido más discutida en Disney que la de Michael', dijo. Las declaraciones de otros testigos indican que el contrato no fue revisado hasta después de su incorporación y que no todos sabían de la indemnización. Las actas de la reunión de noviembre de 1996, cuando Eisner dice que habló del despido, no reflejan este punto. La vista continúa hasta diciembre.
Error televisivo con Larry King
El consejero delegado de Disney dijo la semana pasada durante su testimonio que ha cometido errores. Uno de ellos fue ir al programa del popular Larry King, de la CNN, con Michael Ovitz en septiembre de 1996 para negar lo que era un hecho que emergía entonces como rumor: que las cosas entre ambos iban mal. 'Lo cierto es que entre los dos tenemos tantos enemigos como Sadam Hussein así que no es muy difícil que se oigan esos cotilleos', dijo Eisner a King. No obstante, poco antes de hacer esa declaración, el ejecutivo de Disney había tenido conversaciones con Sony para intentar que esta empresa contratara a Ovitz y evitarle más problemas. 'Estaba intentando convencer a Sony de que Ovitz era el mejor ser humano que existía', reconoció en su declaración en el juicio. La alusión a esta entrevista fue una estrategia de la acusación para cuestionar la credibilidad del responsable de Disney. Eisner admitió que sentía que era 'algo desafortunado y una estupidez haber negado la realidad'. En el juicio dijo que se arrepentía, pero pidió comprensión, porque 'pasaba por un momento difícil'.