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Derivados

Los 'warrants' recuperan el interés del inversor

Lograr ganancias superiores a las que se conseguirían con la inversión directa en Bolsa, y con importes inferiores, cubrir una cartera de acciones ante posibles caídas o replicar productos garantizados son sólo algunas de las estrategias que permite la inversión en warrants.

Estos productos derivados, que otorgan el derecho, que no la obligación, a comprar o vender un activo determinado a un precio fijado de antemano hasta una fecha determinada y cuyo comportamiento está asociado al de un activo subyacente, no están exentos de riesgo.

Uno de sus mayores atractivos, pero también del que se deriva su mayor riesgo, es el alto apalancamiento que ofrecen. 'El efecto apalancamiento es el conseguido al abrir una posición en un determinado activo, por ejemplo, la acción de Telefónica sin necesidad de desembolsar su coste de adquisición (cotización del activo), sino sólo el precio del warrant, por definición inferior al de Telefónica. Así, el tenedor del warrant puede ver cómo se maximizan los movimientos del activo al que va ligado, ya que se trasladan a una inversión mucho menor, la de los warrants', explica Adrián Juliá, responsable de SG Warrants, uno de los mayores emisores de estos productos en España.

Los inversores especulativos y que más conocen los mercados son los que suelen invertir en estos derivados

Este mayor apalancamiento ha permitido, según Juliá, obtener rendimientos muy atractivos a lo largo de este año. 'Los warrants call sobre el petróleo han experimentado apreciaciones superiores al 600% en cinco meses; los del tipo de cambio euro-dólar superan el 90% en seis meses y los de Alcatel, el 100% en un mes', sostiene Juliá.

Otra de las ventajas de estos derivados es que permiten tanto apostar por mercados alcistas como por mercados bajistas, a través de los warrants call y los warrants put. Y de hecho, estos productos han permitido a algunos inversores sacar partido de los tres ejercicios consecutivos de descensos que vivió recientemente los mercados de valores.

Bien es cierto que desde que en 1998 que comenzó su emisión en España, la contratación de estos productos no había dejado de crecer hasta la primera parte de 2004. La excesiva lateralidad del mercado no favoreció su contratación y el volumen descendió sustancialmente. Basta echar un vistazo a los datos publicados por Bolsa de Madrid. En los meses de mayo y junio se negociaron warrants por valor de 128.965.619 y 108.536.588 euros frente a los 171.433.718 y 169.042.973 respectivamente de 2003.

Sin embargo, la recuperación de los mercados y, sobre todo, de las volatilidades ha vuelto a animar su contratación. Así lo explican desde BBVA. 'La falta de perspectivas en las Bolsas provocó una fuerte caída de las rentabilidades, pero una vez tocaron suelo, vuelven a mostrar signos de recuperación'. 'En mercados laterales el inversor no consigue sacar partido a los movimientos del subyacente por lo que los últimos meses no han sido buenos para los warrants', explica Rodrigo Manero, responsable de producto de Santander Central Hispano. Los expertos de BBVA sostienen que, pese a la bidireccionalidad que permiten estos productos, la mayoría del volumen sigue correspondiendo a los warrants calls: 83% frente a alrededor del 16% de puts.

Las características de estos productos y el hecho de que se utilicen para estrategias de cobertura, o para aprovecharse de los movimientos de un activo, una divisa, o en fondos estructurados con capital garantizado, hace de los warrants un instrumento recomendado sólo para inversores avezados. 'Están pensados para inversores que suelen especular en los mercados, que conocen los circuitos bursátiles y que siguen las inversiones muy de cerca', señala Manero, para quien estos productos no están pensados como un medio de ahorro.

Con otra ventaja, la intermediación en warrants, que sólo lleva consigo el pago de las comisiones habituales de compraventa, custodia y cánones de Bolsa, es cada vez más barata ya que los brokers tienden a aplicar las tarifas planas que ya se usan para la intermediación en acciones, sobre todo aquellos que operan en internet.

A la espera de los nuevos 'turbo warrants'

Hasta ahora, los warrants que se negociaban en el mercado español eran las opciones denominadas plain vanilla, esto es las calls y las puts, que son las más simples que hay. Sin embargo, el desarrollo de los mercados financieros ha traído consigo nuevos productos entre los que se encuentran los turbo warrants, ya presentes en otros países. Su éxito en mercados como el alemán o el francés es evidente. 'Han acaparado buena parte del volumen que hasta su aparición correspondía a los warrants comunes', explica Rodrigo Manero, responsable de producto del Santander Central Hispano.Los turbo warrants se caracterizan porque replican el movimiento del activo subyacente casi punto por punto. 'Son opciones que incorporan un mecanismo de knock out o barrera, alcanzado el cual, la opción vence anticipadamente', señala Adrián Juliá, responsable de SG Warrants. De esta forma, la pérdida de valor con el paso del tiempo o la exposición a la volatilidad que tienen los warrants en estos productos apenas si tienen incidencia. 'Ofrecen un apalancamiento similar al de un futuro, pero sin implicar los inconvenientes que supone la operativa con ellos: garantías, liquidación diaria o reposición'.Por el momento, estos productos no están todavía a disposición de los inversores. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que regula estos productos, está ultimando junto a los principales emisores los detalles finales para iniciar su comercialización. Se espera que están en el mercado antes de Navidad.

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