Un antes y un después en Argentina
Es duro reconocerlo, pero los acuerdos con China han decepcionado un poco a los argentinos. Y la razón es muy clara. Para que pudieran llegar a impresionarles, después de los anuncios previos que se habían filtrado (...), se debió haber conseguido, por lo menos, una concesión por 1.000 años para vender choripanes bocadillos de chorizo asado en la Gran Muralla o que los chinos se hicieran cargo de la deuda a cambio de un par de containers de caramelos (...). Casi la única certeza que ha dejado este promocionado encuentro es que los locales de todo por dos pesos (...) estarán cada vez mejor abastecidos.
En cambio, es más que factible que las circunstancias previas a estos acuerdos sí marquen un antes y un después en la vida nacional. Porque la promesa presidencial de que los funcionarios bocones que sean sorprendidos pasando información a la prensa no durarán más de cinco minutos en sus puestos debería producir escalofríos (...).
Más aún, si hasta parece que en ese fondo insondable que hay en el alma de muchos funcionarios yaciera el sueño de volver al peronismo del primer Perón, cuando la información era una sola, la oficial, y el que no se sintiera satisfecho y agradecido (...) podía ir pensando en tomarse una larga temporada de sol (...).