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Política monetaria

Alemania presiona para lograr un pacto global que ponga freno al euro

Alemania aprovechará la reunión del G-20 de este fin de semana para buscar un pacto global que frene la escalada del euro. El ministro de Finanzas, Hans Eichel, pidió ayer una 'postura común' de la UE, Japón y Estados Unidos en este sentido. Pero el secretario del Tesoro de EE UU se limitó a recordar que 'debe ser el mercado' el que fije el tipo de cambio.

El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, pidió ayer 'una posición común' entre Japón, Estados Unidos y la Unión Europea sobre la situación de los mercados de divisas, que debería acordarse en la reunión que el G-20 celebra en Berlín este fin de semana.

Durante una conferencia pronunciada en Berlín, Eichel calificó de 'brutal' la apreciación del euro, que ayer alcanzó el segundo récord en una semana al cotizar a 1,3075 dólares, su segundo récord en una semana. Hay que remontarse a la primera mitad de los años 90, antes de la implantación del euro, para encontrar un tipo de cambio más favorable a las divisas europeas.

Aunque esta apreciación está moderando el efecto de la subida del petróleo en la factura energética europea y, por tanto, en la inflación, también reduce la competitividad de los productos europeos en el exterior. Con lo cual perjudica severamente un crecimiento de por sí modesto. Alemania es, precisamente, el país que más tira de las exportaciones para crecer, por lo que el mayor valor del euro puede dar al traste con su tímida recuperación. Pese a ello, Eichel anunció también ayer que su país tendrá un déficit fiscal del 2,9% en 2005, cumpliendo así el criterio de Maastricht por primera vez en tres años.

La situación de los mercados de divisas no figura en la agenda de la reunión del G-20, pero Eichel pidió ayer 'conversaciones a puerta cerrada, como deben ser en las cuestiones relacionadas con los tipos de cambio', para alcanzar una 'posición común' que frene esta dinámica. Previsiblemente, los gobiernos europeos representados en el G-20 defenderán esa postura, al igual que el de Japón. El ministro de Economía nipón, Sadakazu Tanigaki, afirmó el miércoles que 'unos movimientos de cambio importantes' del yen frente al dólar provocarían una reacción gubernamental.

Más difícil parece el acuerdo con el tercer lado del triángulo, Estados Unidos. El secretario del Tesoro, John Snow, insistió ayer en Varsovia en que su Gobierno apuesta por un dólar fuerte, pero rechazó tajantemente cualquier tipo de intervención. Snow pide a la Unión Europea reformas estructurales y reducciones impositivas para reactivar su economía y contribuir así a frenar el déficit comercial estadounidense. La persistencia de los déficit gemelos -presupuestario y comercial- en Estados Unidos sigue presionando el dólar a la baja.

Una versión ampliada del G-7

Formado por 19 países más la Unión Europea, el G-20 surgió en 1999 como foro de diálogo informal sobre cuestiones financieras y monetarias entre los países más desarrollados, integrantes del G-7, y un grupo de potencias emergentes como China, India o México. Sus miembros representan a más de dos tercios de la población mundial y al 90% del producto interior bruto del planeta.Asisten a las reuniones los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de cada país, además del director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato; el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet.En la agenda de la reunión de este fin de semana en Berlín figuran la estabilidad y el crecimiento en el mundo globalizado, la competitividad, y el papel del Estado en la lucha contra la pobreza.

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