Los beneficios de Renfe caen un 25,4% lastrados por el 11-M y los retrasos del AVE
Renfe obtuvo en los nueve primeros meses un beneficio después de aportaciones del Estado de 58,6 millones de euros, lo que supone un descenso del 25,4% respecto al de 78,6 millones del mismo periodo del año anterior. La compañía señala como factores que han incidido en este descenso en los resultados, fundamentalmente, al impacto sobre el transporte de viajeros de los atentados del 11-M, al retraso continuado en la entrada en servicio de los nuevos trenes de alta velocidad, y al aumento en el precio de la energía.
RENFE subraya, sin embargo, que este resultado positivo, conseguido a pesar de las circunstancias tan adversas con que se ha enfrentado la empresa, ha sido posible gracias al aumento en la productividad, la recuperación de los tráficos desde el mes de julio (fundamentalmente en Cercanías y en Mercancías) y a la gestión financiera de la empresa, que ha conseguido reducir los gastos financieros muy sustancialmente.
Respecto al impacto del 11-M, hoy ya recuperado, la compañía ha explicado que este factor ha impedido que se cumplan las previsiones de movimiento de personas en casi todos los negocios de Renfe (AVE, Cercanías, Grandes Líneas y Regionales).
Durante los meses de marzo, abril y mayo, Renfe perdió viajeros y, en consecuencia, ingresos. La empresa, sin embargo, tenía dimensionada su oferta a la demanda que había programado, lo que generaba un efecto doble: los gastos por consumo de energía crecían y, sin embargo, los ingresos en esos primeros meses descendían.
Retraso ¢continuado¢ de los AVE
Otro de los factores es el retraso "continuado" en la entrada en servicio de los nuevos trenes de alta velocidad, tanto los AVE de larga distancia como los denominados 'lanzadera', que aún se encuentran pendientes de la homologación definitiva.
Según Renfe, estos retrasos han impedido la recuperación de toda la oferta en la línea Madrid-Sevilla (ya que dos trenes de esta línea comenzaron a prestar servicio en la Madrid-Lleida) y no han permitido disponer de oferta adicional en otros recorridos, fundamentalmente en el mencionado Madrid-Lleida, con la consiguiente pérdida de ingresos.
Por último el aumento en el precio de la energía ha provocado un incremento "muy notable" de los gastos de la compañía, al precisar una parte del parque de Renfe energía diésel para su movimiento.
Estos factores incidieron también en los ingresos totales del operador ferroviario que, aunque ascendieron a 2.348 millones de euros, lo que supone un aumento de 120,1 millones de euros con respecto al pasado año, un 5,4% más, están por debajo de lo previsto por la compañía.
Por lo que respecta a los gastos, se situaron en 2.337,4 millones de euros, lo que supone 119,4 millones de euros más que en el mismo período del pasado año. Renfe esperaba una reducción de los mismos, pero este año la empresa se ha tenido que enfrentar a un aumento de los gastos como consecuencia del 11-M y, además, al incremento en los precios de la energía.
Los resultados hasta septiembre llegan en medio de la reestructuración organizativa que lleva a cabo la empresa para adaptarse a la futura liberalización del sector ferroviario que saldrá de la Ley del Sector Ferroviario, que entrará en vigor el próximo 1 de enero. Renfe Operadora y del Adif serán las dos nuevas empresas públicas en las que se divide la sociedad.