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Comisión Europea

Barroso zanja la crisis de la Comisión con sólo tres cambios de cartera

El futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, presentó ayer su nueva lista de comisarios nada más conocer el nuevo candidato enviado por Roma. El portugués, que mantiene en Competencia a la polémica Neelie Kroes, confía en que la sustitución de Rocco Buttiglione le permita obtener por fin el aval del Parlamento Europeo.

Barroso recuperó ayer la sonrisa perdida el pasado 27 de octubre en Estrasburgo, cuando tuvo que retirar su equipo ante el inminente veto del Parlamento Europeo. 'Me alegra decir que estoy en condiciones de someter una nueva propuesta a la aprobación del Parlamento', anunció ayer Barroso en Bruselas después de que el Gobierno de Silvio Berlusconi notificase el nombre de su nuevo candidato.

Franco Frattini, actual ministro italiano de Asuntos Exteriores, sustituirá a Rocco Buttiglione, rechazado por el Parlamento Europeo tras una comparecencia en la que el aspirante a comisario de Justicia, Libertades y Seguridad aireó sus puntos de vista personales sobre el matrimonio y la homosexualidad.

Buena parte del Parlamento calificó sus opiniones de misóginas y homófobas, e incompatibles con las responsabilidades asignadas a Buttiglione. Frattini, abogado de formación, ocupará ahora esa misma cartera, lo que permite a Barroso intentar zanjar la crisis sin necesidad de barajar demasiado su equipo. El representante español, Joaquín Almunia, seguirá ocupando la cartera de Economía.

Berlusconi y el Partido Popular pierden el envite

La nueva configuración sólo presenta otros dos cambios menores: el húngaro Laszlo Kovacs, muy criticado por el Parlamento por su escasa familiaridad con la cartera de Energía, pasa a ocuparse de Fiscalidad, reservada hasta ahora a la letona Ingrida Udre. Letonia ha sustituido a su candidata por Andris Piebalgs, que se encargará de Energía.

El Gobierno de Silvio Berlusconi y el Partido Popular Europeo encajan así un humillante revés, pues Barroso no parece dispuesto a sacrificar nuevos comisarios. Los socialistas europeos, en cambio, felicitaron a Barroso por su 'valiente y preclara' decisión.

'He hecho los cambios necesarios y suficientes que había prometido', defendió Barroso tras su reunión con los 25 primeros ministros de la UE. El portugués subrayó que 'formar la Comisión es como una cita a ciegas: debes distribuir carteras entre personas que no conoces'.

Uno de los emparejamientos más escabrosos que ha deparado ese flechazo ciego ha sido el de la comisaria holandesa, Neelie Kroes, y la cartera de Competencia. La trayectoria profesional de Kroes ha pasado por casi medio centenar de consejos de administración, en compañías que, tarde o temprano, pueden ser objeto de investigaciones o decisiones por parte del poderoso departamento comunitario de Competencia.

Pero el gobierno liberal de La Haya no sólo se ha negado a relevar a su candidata sino que ha exigido, además, que mantuviera la única cartera que, probablemente, ostenta auténticos poderes ejecutivos en la Comisión.

Budapest, según reconoció ayer Barroso, también se ha negado a sustituir al ex comunista Kovacs, una de las figuras que los populares europeos habían señalado como objeto de venganza si Buttiglione era obligado a renunciar.

Los 268 eurodiputados del grupo Popular, el más numeroso de la Eurocámara, se enfrentan ahora a la desagradable tesitura de tener que avalar una Comisión cuya única baja pertenece a sus filas. Barroso se reunirá hoy mismo en Bruselas con los presidentes de todos los grupos parlamentarios y asegura que, en sus contactos previos, le han transmitido 'una impresión de voluntad de cooperación'. Sólo Los Verdes exigen tres cambios más de cartera (Competencia, Agricultura y Medio Ambiente).

El presidente del Parlamento Europeo, el socialista José Borrell, anunció ayer la disposición de la institución a celebrar cuanto antes las comparecencias de Frattini, Kovacs y Piebalgs, lo que puede permitir que el Parlamento se pronuncie incluso en el próximo pleno de mediados de noviembre. El anterior presidente de la Comisión, Romano Prodi, y su equipo siguen mientras tanto ejerciendo sus responsabilidades en Bruselas.

'Necesito contar con su apoyo'

José Manuel Durão Barroso se estrenó ayer en un Consejo Europeo, donde hasta el mes de junio se sentaba en calidad de primer ministro portugués, como presidente in pectore de la Comisión Europea. Y lo hizo poniéndose a las órdenes de sus antiguos colegas, a los que pidió una señal de apoyo para acometer sus principales objetivos. 'Estoy listo a convertir Lisboa en mi prioridad absoluta', afirmó Barroso durante la reunión de anoche del Consejo, en alusión a la agenda de reformas económicas pactadas en la capital lusa hace cuatro años. 'Pero necesito saber que, al hacerlo, tengo todo su apoyo para que la Comisión asuma el liderazgo en este área'.El escaso ímpetu de esa agenda de reformas ocupó ayer buena parte de un Consejo que finaliza hoy. Los primeros ministros, entre ellos el español José Luis Rodríguez Zapatero, acusaron recibo del desalentador balance realizado al respecto por un grupo de expertos presidido por Wim Kok. Pero trasladaron el examen de conciencia definitivo a la primavera de 2005 y se negaron a que esa evaluación se haga tomando como base el informe de Kok. Barroso sugirió ayer el nombramiento en cada capital de un 'Mr. Lisboa', persona encargada de alentar y vigilar los avances en las reformas económicas (liberalización y flexibilización laboral).

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