Madrid vivió como nunca la jornada electoral estadounidense
Los republicanos van al Hard Rock' decían en el Hotel Intercontinental de Madrid, donde la Embajada de Estados Unidos había convocado a ciudadanos estadounidenses e invitados ilustres a seguir el desarrollo de la jornada electoral. 'Y los demócratas al Chesterfield Café', comentaban parte de los allí reunidos, mientras la banda Red House amenizaba la velada con temas clásicos de rock americano y varias pantallas gigantes de televisión escupían los primeros datos ofrecidos por la CNN.
El ministro de Defensa, José Bono; el diputado del PSOE Diego López Garrido o el dirigente del PP Jorge Moragas, entre otros políticos españoles, se dejaron ver por el hotel donde las frases más escuchadas eran: 'Qué malo el catering de estos americanos' y '¿quién gana?'. Ya fuera por la calidad de las viandas -patatas fritas, palomitas y poco más- o por el precio de las consumiciones -a 8 euros la copa-, a eso de las tres y media de la madrugada la sala del hotel donde se celebraba el seguimiento de la jornada electoral aparecía desangelada, a pesar de que todavía no había ningún resultado claro.
Una imagen similar se podía ver en el local de la cadena Hard Rock en Madrid, que a esas horas cerraba sus puertas. Nadie había organizado nada en este restaurante en el que gigantescas hamburguesas se sirven con ketchup y desde las paredes te observan instrumentos musicales tocados alguna vez por celebridades del rock. 'No sabemos por qué se corrió la voz de que aquí había una fiesta republicana; nadie nos avisó y en realidad todo fue como otro día normal. Además, no somos partidarios ni de unos ni de otros' comentaba ayer una empleada del local. Lo cierto es que la dirigente de la organización Republicans Abroad Spain, Cynthia Dillon, había recomendado a sus seguidores acudir al Hard Rock. Pero o el mensaje no caló o no hay mucho republicano estadounidense en Madrid. 'Recibí tantas llamadas que aconsejé a la gente ir a este sitio, pero no hubo nada organizado', explicó ayer Dillon.
Otra cosa era el Chesterfield Café, una sala de conciertos con sabor americano que AOK Spain, la organización de apoyo al candidato John F. Kerry en España, había alquilado para la ocasión. Más de 1.000 personas se reunieron en este bar para seguir hasta las seis de la mañana el desarrollo de la jornada. La mayoría de los asistentes eran jóvenes estadounidenses que estudian en España. 'Venimos a apoyar a Kerry, nos avergüenza tener un presidente como Bush', señalaba Jeremy Alpright, un estudiante norteamericano. 'Para mí la política es muy importante, de ello depende cómo nos organicemos', añadía su amiga Maia, vestida con una camiseta en la que aparecía el presidente Bush tras una señal de prohibido.
Cada 45 minutos el líder de AOK Spain, Juan Verde, subía a un escenario y cantaba los últimos datos de las encuestas. No eran las cuatro de la mañana cuando anunció algo parecido a una victoria de Kerry: '¡El próximo presidente de EE UU será John Kerry!'. Los asistentes jaleaban sus comentarios y mostraban pancartas de apoyo al candidato demócrata.
A medida que avanzaba la madrugada el entusiasmo de los asistentes se iba apagando. '¡Hay que ganar en Ohio!', fue el último mensaje de Juan Verde, pasadas las seis de la mañana.