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Los vinos de Jerez quieren saltar del aperitivo a la comida

El vino de Jerez ya es uno de los reyes del aperitivo dentro y fuera de España, pero ahora quiere hacerse también un hueco privilegiado en las mesas de los mejores restaurantes como acompañante gastronómico. En su empeño, el sector está dispuesto incluso a renegar del mismísimo catavino, una seña de identidad de las manzanillas y finos que acaba de verse desplazada con el lanzamiento de una nueva copa de degustación similar a las de vino blanco. La presentación oficial de la copa se ha realizado en Holanda aprovechando que el diseño ha corrido a cargo de la compañía holandesa Royal Leerdam y que este país es el segundo en consumo de Jerez sólo por detrás de Reino Unido.

Para hacerle la competencia al Rioja, las bodegas, a través de su Consejo Regulador, se están volcando promocionalmente en ganarse a los restaurantes más famosos y, sobre todo, a los más reputados sumilleres del mundo. 'A no ser que seas un auténtico experto, siempre te dejas aconsejar por el sumiller a la hora de elegir un vino con el que acompañar una buena comida', explica el presidente del Consejo de los Vinos de Jerez, Jorge Pascual. Por ello, el sector está realizando jornadas gastronómicas por toda Europa en las que propone exquisitos maridajes de los distintos vinos de Jerez con los platos e ingredientes más conocidos de cada país.

Juegan con la ventaja de que la variedad de vinos de Jerez, hasta una decena de tipos, permite disfrutar de uno distinto en cada plato, desde la sopa hasta el postre. Así, los expertos recomiendan, por ejemplo, finos y manzanillas para tapas, mariscos, pescados blancos o quesos suaves. Vino amontillado para acompañar sopas, carnes blancas o pescado azul, mientras que el oloroso se reserva para la carne roja y el cream para todo tipo de repostería.

Esta apuesta por el canal de la hostelería en detrimento de la gran distribución debe deparar en unos tres años, según Pascual, otro de los grandes objetivos del sector: un incremento de precios que permita mejorar los márgenes de las bodegas. Más difícil será, admite, frenar la caída sostenida de ventas que se da a razón del 3% anual desde hace más de una década. En el Consejo de los Vinos de Jerez, la Manzanilla de Sanlúcar y el Vinagre de Jerez se dan por satisfechos con haber parado el descenso del mercado español, que funciona ya estancado, y conseguir contener el internacional. En este reposicionamiento general de los caldos milenarios del gaditano Marco de Jerez se trabajan también otras líneas de actuación, como el intento de captación de un público más joven o la potenciación de los denominados vinos viejos, aquellos que tienen un mínimo de 12 años y que pueden alcanzar hasta los 30 años de crianza.

El centenar de bodegas que producen y comercializan los distintos vinos del Marco de Jerez (Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María) facturaron el pasado año 130 millones de euros, el 80% procedente de la exportación. En este último ejercicio la caída de ventas llegó al 6,2% por el mal comportamiento del mercado británico, aunque el sector espera rebajar este año a la mitad este descenso.

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