Las compras en el exterior crecen el doble que las exportaciones
La brecha abierta en el sector exterior sigue ampliándose. El déficit comercial creció hasta agosto un 30,5% sobre el mismo periodo de 2003. Las exportaciones aumentaron el 6,1% pero las importaciones lo hicieron el doble, al 11,9%.
El sector exterior español sigue profundizando en una dinámica marcada por el desequilibrio comercial. Los datos acumulados de enero a agosto, que facilitó ayer el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, así lo confirman. El déficit comercial se situó en 37.110 millones de euros, un 30,5% más que en los ocho primeros meses de 2003.
Este porcentaje de incremento, además de ser cuantioso, es 1,5 puntos más alto que el acumulado en julio, lo que prueba que la brecha está aumentando a pasos agigantados.
La explicación de todo ello se encuentra en un comportamiento muy dispar entre exportaciones e importaciones. Ambas crecen, pero mientras las primeras lo hacen al 6,1% (95.225 millones de euros), las segundas aumentan el doble, al 11,9% (132.335 millones).
Dos sectores explican buena parte del desequilibrio comercial. Por un lado, los productos energéticos, responsables por sí solos de la cuarta parte del déficit. Y es que las importaciones de petróleo y derivados están aumentado a un ritmo del 15,3%, influidas por los disparatados precios del crudo en los mercados internacionales de materias primas.
Por otra parte, los bienes de equipo son responsables de otro tercio del déficit acumulado hasta agosto, haciéndose patente la fuerte dependencia del exterior en maquinaria industrial y transporte. No obstante, los bienes de equipo llevan varios meses en clara recuperación, con unas ventas al exterior que crecen al 9,1%, una tasa que contrasta con las caídas arrastradas en años anteriores.
Europa marca la pauta
Por áreas geográficas, destaca la recuperación de las exportaciones a la Unión Europea, el primer socio comercial de España. No obstante, aún se está en tasas moderadas (las ventas a Francia crecen un 4,5% y las dirigidas a Alemania, un 3,2%), en consonancia con el lento despegue observado en sus respectivas demandas internas. Además, hay que considerar que las importaciones a la UE, están subiendo al 10,2%, prueba de que en España el consumo interno es mucho más vigoroso que en el resto de socios comunitarios.
Fuera de la Unión Europea, otra nota destacable es el empeoramiento del saldo con los países del continente asiático. La fortaleza del euro frente al dólar y al yen está provocando que, en estos momentos, el comercio español hacia Asia arroje unos números rojos de 14.000 millones de euros. Influye sobremanera, la balanza parcial con China. Las importaciones procedentes de este país han aumentado hasta agosto un 26,2%, clara muestra de cómo sus productos están barriendo en el mercado español.
Mientras esto sucede, la administracion está concentrada en potenciar el comercio y las inversiones con los socios comunitarios. Ayer mismo, finalizó un foro inversor en Londres, en el que han participado inversores británicos y españoles junto a las agencias de desarrollo regional de Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla León, Castilla La Mancha, La Rioja, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana.
El Este hace negocio en España
La entrada en la UE de 10 nuevos socios del Este está repercutiendo de una forma importante en el comercio exterior español. Aunque, de momento, las cifras de intercambios son de baja cuantía (apenas alcanzan los 3.000 millones de euros en el total de los diez países, sí se vislumbran ya tendencias importantes. La principal es el fuerte desequilibrio entre compras y ventas. Mientras las exportaciones a los nuevos estados miembros cae un 2,4% hasta agosto (2.772 millones), las importaciones procedentes de estos países se han incrementado en un 36% (3.120 millones). En este caso afecta la menor renta disponible en estos países en comparación con la fortaleza del consumo español. Polonia, República Checa y Hungría pasan por ser los Estados en donde han fructificado más las relaciones.En el caso polaco, la relación ya venía de años atrás. Por contra, los países bálticos tienen una presencia testimonial en el comercio español