Presupuesto y fraude fiscal
El autor analiza el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2005, ahora en trámite parlamentario, desde el punto de vista de la recaudación. Y sostiene que el Gobierno debe incluir el efecto del anunciado plan contra el fraude
A los pocos días de hacerse cargo del Gobierno, los responsables del Ministerio de Economía y Hacienda manifestaron, en sus declaraciones programáticas, que contra el fraude fiscal 'se iba a luchar más y mejor'. Desde entonces, los directivos y la estructura técnica de la Agencia Tributaria llevan varios meses preparando un Plan de lucha contra el Fraude cuya conclusión se anuncia inminente y su materialización a partir del 1 de enero de 2005.
A la luz de lo anterior resulta de interés analizar las previsiones de recaudación de impuestos que contiene el proyecto de Presupuesto, así como la información complementaria suministrada por el ministerio y que sustenta dichas previsiones.
Apuesto que a final de 2005 el aumento de recaudación del Impuesto de Sociedades ni se aproxima al 12,6% que prevén las cuentas públicas
De entrada, según el cuadro macroeconómico presentado la economía española crecería en 2005 en términos reales un 3%, tasa ligeramente superior a la esperada en 2004 (2,8%), si bien en ambos años el crecimiento monetario del PIB coincidiría (6,3%). Por tanto, se espera una línea de continuidad en la evolución económica general, que dada la estabilidad en la elasticidad de los ingresos impositivos respecto al PIB, se traslada a las estimaciones de recaudación tributaria.
Lo anterior se observa individualmente en cada uno de los impuestos más significativos. En el Impuesto sobre Sociedades, se espera que su recaudación crezca en 2005 un 12,6%, siendo un 13% el crecimiento previsto para el presente año. En el IVA se ha presupuestado para 2005 un aumento de recaudación del 8,6%, esperándose que en 2004 acabe creciendo un 8,1%. Respecto a los Impuestos Especiales, los Presupuestos contemplan un aumento de recaudación del 4,9%, siendo un 4,7% el esperado para 2004.
Estas previsiones de continuidad en el comportamiento recaudatorio de los diferentes impuestos tiene su excepción en el caso del IRPF. En efecto, esperándose que su recaudación crezca un 3% en 2004, el Presupuesto para 2005 estima un crecimiento del 9,1%. Esta excepción se explica -así lo hace la documentación que acompaña a los Presupuestos- porque durante 2004 los contribuyentes nos hemos beneficiado del segundo tramo de la segunda reforma del impuesto. De ese modo, la carga fiscal que representa el IRPF para cada español ha descendido significativamente en 2004 como lo hizo, también significativamente, en los años 2003, 2000 y 1999. Por el contrario, en 2005 los contribuyentes sufriremos un aumento de nuestra carga fiscal en el IRPF, pese a la demagógicamente cacareada deflactación de la tarifa del impuesto.
El comportamiento esperado de la recaudación individual de cada impuesto es explicado en el popular libro amarillo que acompaña cada año a los Presupuestos. Con cierto nivel de detalle, se describen las causas de las oscilaciones de recaudación esperadas. A título de ejemplo, la ligera aceleración del ritmo de aumento en la recaudación del IVA se explica en parte debido a que 'la moderación esperada en el gasto en viviendas nuevas, y en sus precios, deberá traducirse en una elevación del tipo medio efectivo del IVA, ya que las viviendas representan más del 20% del gasto final y tributan a tipo reducido o súper reducido, en el caso de viviendas de protección oficial'. Para no ser prolijos, diremos que entre las múltiples causas explicativas de la recaudación prevista que se citan en el libro amarillo se encuentran cambios normativos de poca entidad, modificación de plazos de ingreso o cambios en el sistema de tributación de determinados contribuyentes.
Con todo, y tal como expusimos con anterioridad, el Presupuesto contempla una línea continuista en el comportamiento de la recaudación de los impuestos, lo que supone que de modo implícito también se está esperando una continuidad en el comportamiento de los contribuyentes españoles a la hora de cumplir con sus obligaciones fiscales. Cuestión que se constata fehacientemente con la lectura del libro amarillo, dado que entre las numerosas causas que se señalan para explicar los ingresos previstos por cada impuesto no se alude una sola vez a la reducción del fraude.
Llegado este punto las preguntas son obligadas: ¿no se espera ningún resultado efectivo del Pan de lucha contra el fraude?, ¿cómo es posible que reduciendo el fraude no se consiga recaudar más? Es posible que al ultimar el proyecto de Presupuesto no se estuviera todavía en condiciones de realizar estimaciones sobre los resultados esperables del Plan, dado que éste no estaba aún elaborado. Por ello, cuando una vez concluido los responsables presenten el Plan tendrán la oportunidad de subsanar la omisión, fijar los objetivos cifrados del mismo, y tramitar la oportuna enmienda a la Ley de Presupuestos aumentando las previsiones de ingresos tributarios. En caso contrario, deberían explicar cómo entienden ellos que 'se puede luchar más y mejor contra el fraude' sin que aumente la recaudación.
Por cierto, me cruzo una apuesta con todos los lectores de Cinco Días a que a final de 2005, el aumento de recaudación del Impuesto de Sociedades no es que no llegue al 12,6% que prevén los Presupuestos, es que ¡ni se le aproxima! Seguro que el resto del Presupuesto está confeccionado con más rigor, porque si no