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CincoSentidos

Tàpies ceramista en el Reina Sofía

El Museo Reina Sofía de Madrid presenta una de las facetas menos conocidas de Antoni Tàpies (Barcelona, 1923), la de ceramista, un trabajo eclipsado en favor de su imagen como pintor. Tàpies.Tierras (Sala Nouvel 2. Del 26 de octubre al 17 de enero de 2005) celebra la concesión del Premio Velázquez a Tàpies en 2003.

La exposición se compone de 46 piezas prestadas por la Galerie Lelong de París y Zúrich, la Galería Waddington de Londres, el Centro Artium de Vitoria, la Fundación Tàpies y diversas colecciones privadas, como la de Jean Frémon de París o Conei de Barcelona. Es la primera vez que se muestra al público un conjunto tan completo de las obras realizadas en tierras por el artista catalán, según la directora del museo, Ana Martínez de Aguilar. Las obras se complementan con una selección de 17 papeles de gran formato, de temática y cronología coincidentes.

Tàpies es un artista muy bien representado en la colección del Reina Sofía, que en 1990 dedicó una exposición a su trabajo objetual y tridimensional y en 2000 una antológica. Teniendo en cuenta, además, la retrospectiva organizada por el Macba (Museu d'Art Contemporani de Barcelona) este año y que se ha podido ver en Barcelona y Valladolid, las comisarias Ana Beristain y Marta González se han centrado en sus tierras, un material en el que Tàpies se muestra muy seguro desde 1981.

Fue ese año cuando entró en contacto con la cerámica. Una de las personas que le animó fue Eduardo Chillida, pero quien le adentró en los secretos fue Hans Spinner. La historiadora Lourdes Cirlot explica en el catálogo que Tàpies hace cerámica porque siempre le interesó la obra tridimensional y porque siempre se ha sentido atraído por el arte primitivo. Son creaciones escultóricas de tamaño medio, de un aspecto macizo y tosco. Mágicas. Como señala Ana Beristain, 'todo lo que toca Tàpies lo hace especial'.

Pintor y materia

Antoni Tàpies se mostraba ayer satisfecho con el montaje de la exposición que le dedica el Reina Sofía, un diseño de María Fraile realizado por Montajes Horche. El artista abandonó sus estudios de Derecho en 1945 para dedicarse a la pintura y ya desde entonces dejó ver el leitmotiv que ha caracterizado su trayectoria, el interés por la materia, para transformar la concepción clásica del cuadro-ventana en un cuadro-objeto. 'Al hacerlo calculo que es algo volumétrico, de tres dimensiones, como muchas de las esculturas que están aquí', recordó el pintor, quien estuvo acompañado por su esposa Teresa. Sus obras en tierras son una continuación de su trabajo. Sus materias son más conocidas que las tierras, pero tanto unas como otras forman parte de su lenguaje, aseguró.

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