El camino del dólar
Hacía tiempo que el secretario del Tesoro, John Snow, no se refería al dólar. La semana pasada lo hizo para reafirmar que el Gobierno apoya una moneda 'fuerte'. La declaración no dice mucho del predicamento de la Administración en este particular. El billete verde registraba ya en esos días su peor cambio frente al euro en ocho meses. Y en esa tendencia sigue. Eso sí, Snow también dice que poco puede hacer el Gobierno ya que el valor del dólar lo fija el mercado.
Las inocuas y políticamente correctas palabras de Snow chocan con la dosis de realidad ofrecida por Robert McTeer, miembro del comité abierto de la Reserva Federal, quien ha dicho bien claro: 'sólo hay un camino para el dólar: el de bajada'. La gobernadora de la Reserva de San Francisco, Janet Yellen también aseguraba que el dólar tiene 'relativamente un alto valor'.
En teoría, el dólar más bajo, ayudará a EE UU a reducir su creciente déficit comercial. En la práctica, y hasta ahora, con el petróleo en alza y la demanda externa lenta, la rebaja del dólar no está contrarrestando del todo el efecto que sobre la balanza comercial tiene el extraordinario apetito de los americanos por las importaciones. No obstante, puesto que el déficit crece, muchos expertos coinciden en que el dólar no ha visto aún sus mínimos frente al euro o el yen.
Los analistas de UBS creen que el euro podría llegar a cambiarse por 1,29 dólares a finales de año y continuar la tendencia a la baja. En Lehman Brothers creen que en un año el euro rondará un cambio de 1,32.
El apoyo que la moneda tenía con la subida de tipos este año no ha jugado a favor del dólar, que sigue empeñado en reflejar los aspectos menos brillantes de la economía que lo sustenta. Y es que EE UU crece a buen ritmo pero hay debilidades (los déficit y el mercado laboral) que emiten señales de vulnerabilidad. La opinión que empieza a generalizarse es que la Fed subirá tipos más lentamente de lo previsto.
Así, con un dólar poco atractivo, los inversores están reduciendo la compra de activos financieros en EE UU. Las cifras del Tesoro muestran como los inversores extranjeros rebajaron su actividad en agosto consolidando una tendencia a la baja. La media de flujos de capitales que llega mensualmente no ha hecho más que reducirse este año y con la particularidad de que los que llegan son públicos en cada vez mayores porcentajes, sobre todo provenientes de bancos centrales asiáticos. El analista de HSBC David Bloom, dice que el sector privado 'no parece querer financiar el déficit por cuenta corriente a este precio por lo que se financia políticamente.' En EE UU se observa el fenómeno con preocupada atención porque, en política, las prioridades cambian.