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Barómetro Empresarial

Preocupados por el petróleo y la posible subida de tipos

La valoración que los empresarios españoles hacen de la situación económica actual y de las perspectivas futuras es coherente con la desaceleración de la actividad registrada en los últimos meses. El apreciable optimismo de hace un año ha descendido claramente, aunque la percepción general sigue siendo positiva.

El Barómetro Empresarial Cinco Días-Metroscopia de octubre revela menos disposición a aumentar inversiones y plantillas, y peores perspectivas de beneficio. Un giro condicionado por la incertidumbre económica internacional, con el precio del petróleo disparado y por la percepción generalizada de que los tipos de interés irán al alza. Los encuestados se muestran, en cambio, mucho más optimistas cuando son preguntados sobre las perspectivas para su propia empresa.

El tono vital o estado de ánimo de los empresarios sigue siendo positivo (5,5 puntos en una escala de cero a diez), pero se aleja de la euforia expresada en las oleadas de hace un año y de enero de 2004 (6 y 6,1 puntos respectivamente). El declive en el nivel de optimismo se observa de forma homogénea, con ligeros matices, en todos los sectores empresariales.

Desciende el porcentaje de empresarios que espera que se produzca un aumento de los beneficios, la inversión o las contrataciones

El estado de ánimo general mejora, sin embargo, cuando se desciende al detalle para analizar la situación de cada sector de actividad o de cada empresa. En algunos casos se conserva la valoración optimista de hace un año, pero ello no se traduce en las expectativas de sus resultados.

Las perspectivas para futuro también siguen siendo positivas (con 5,3 puntos), pero pierden terreno respecto a mayo. También en este caso el pesimismo se mitiga cuando se pregunta sobre la propia empresa.

Los gestores que representan a sociedades más grandes y los que desarrollan su actividad en la construcción muestran un grado de optimismo más acentuado, aunque en la práctica totalidad de los casos la calificación media es inferior a la de mayo y a la de octubre de 2003.

Una mayoría muy amplia espera efectos negativos de la subida del precio del dinero para la economía, y es prácticamente unánime respecto a los daños derivados del encarecimiento del petróleo.

Con este escenario, escasamente llegan a la mitad de los encuestados los que responden positivamente a la probabilidad de incrementar sus inversiones, aunque en las empresas de mayor tamaño tal posibilidad si existe; son precisamente las empresas de pequeño tamaño las que menos visibilidad aprecian para su inversión, y se concentran en las manufacturas y los servicios.

Menor aumento de beneficios

Lógicamente, el freno en el ánimo inversor reduce las posibilidades de incrementar los beneficios de las empresas. Así, aunque más de la mitad (5,2 sobre 10) creen que elevarán sus resultados en el futuro, la proporción que espera esta posibilidad es notablemente más limitada que a principios de año (5,6). El comportamiento es igual en todos los sectores, y sólo la gran empresa tiene mejores expectativas que las pequeñas.

En materia de creación de empleo, la posibilidad de que las empresas aumenten sus plantillas refleja en octubre la proporción más baja de respuesta positiva del último año (4 sobre 10), y resulta especialmente negativa entre las empresas de gran tamaño (3,5) y las que operan en el sector servicios.

Un aspecto en el que mejora la percepción de las empresas es el referido a las probabilidades de elevar las exportaciones y mejorar la competitividad. Una opinión probablemente cimentada en la creciente demanda externa originada por la incipiente recuperación económica de nuestros principales socios europeos.

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