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Entrevista

'Quedan un par de años para depurar los excesos de los 90'

Tras una larga trayectoria en EE UU, donde trabajó en Lehman Brothers y en el Banco Mundial, en proyectos en Bolivia, Paraguay o México, se incorporó al Grupo Banco Sabadell en 2001. Desde marzo de 2002 ocupa su actual cargo

De trato afable, este madrileño de 40 años sostiene que la integridad, la capacidad y el entusiasmo por el trabajo y el arte de arbitrar son fundamentales en una actividad tan delicada y que mueve tanto dinero como la de la banca privada.

Pregunta A juzgar por la flexibilización de los requisitos para acceder a sus servicios, ¿la banca privada se está universalizando?

Respuesta La banca privada es lo que es. La gran diferencia entre banca personal y banca privada no son los volúmenes gestionados sino el tipo de servicio que se da. En banca privada lo primero que hay que entender es la dinámica del cliente, su perfil, su situación, y a partir de ahí se debate cómo estructurar su patrimonio para darle mejor equilibrio entre rentabilidad, riesgo y liquidez. Para que la banca privada tenga sentido el patrimonio mínimo que razonablemente se tiene que pedir a un cliente son 500.000 euros, que es el nuestro. Con menos patrimonio, lo único que se puede hacer es colocar productos y nosotros no perseguimos ese tipo de clientes.

'Tiene que haber un nivel de patrimonio para que la banca privada tenga sentido'

P Sabadell Banca Privada, a diferencia de otras entidades, no ha establecido segmentos diferenciados en función del patrimonio del cliente, ¿piensan hacerlo?

R No. Lo que tenemos es una diferenciación más que por volumen, por tipo de cliente. Tenemos un primer grupo que son las instituciones, compañías de seguros, mutuas, que tienen un patrimonio muy grande. También muy grandes en lo que a patrimonio se refiere son los family office. El tercer grupo lo constituye la empresa familiar, que es el cliente más importante históricamente, el corazón de la banca privada en España. El cuarto grupo son profesionales de alto nivel, artistas, deportistas... Después hay subgrupos. Cada uno tiene necesidades distintas y no le puedes vender el mismo producto a cada uno de ellos.

P ¿Los clientes demandan fórmulas sofisticadas como consecuencia de su mayor conocimiento de los mercados?

R A finales de los 90, al calor de las subidas bursátiles hubo una gran eclosión de la banca privada. Después vino el despertar de los años 2001 y 2002. Ahora se valora mucho más el riesgo. Hace cuatro años el riesgo del mercado no preocupaba a nadie. Hoy los clientes son más cautos y lo mismo sucede con los bancos. Se demandan productos de mayor seguridad que hace cuatro años y sobre todo más información.

P ¿Qué les distingue de otras entidades de banca privada?

R El foco. Nosotros no nos hemos flexibilizado. Tenemos muy claro a quien nos dirigimos. Somos independientes aunque pertenezcamos a un grupo, de hecho tenemos nuestro propio consejo y no tenemos ninguna presión para vender productos del banco. Nuestro enfoque es crecer en rentabilidad y en clientes. No tenemos que colocar éste o aquel producto y ésta ha sido la clave del crecimiento que hemos registrado en los últimos años, el 20% anual, que es el doble de la industria. Esto nos ha demostrado que esa visión de independencia ha funcionado. En banca privada los clientes son muy exigentes y agradecen que no se les coloque los productos del banco.

P ¿Se refiere al concepto de arquitectura abierta?

R Por supuesto. Es lo que denominamos multigestión. æpermil;ste es el axioma por el que trabajamos. Aunque tenemos productos propios nuestra esencia es dar al cliente la solución que necesita y luego vamos al producto.

P ¿Exigen una preparación única y específica a los gestores de patrimonio?

R Sí, aunque tenemos gente muy distinta que aporta un punto de vista distinto. No exigimos, sin embargo, el CFA (Charter Financial Analist) o el EFA (European Financial Advisor), aunque muchos de nuestros gestores lo tienen. Mi experiencia me hace ser poco creyente en estos títulos. Todos los auditores de Enron y Arthur Andersen tenían estos títulos y ¿para qué han servido? El cliente busca integridad, capacidad de arbitraje, calidad y entusiasmo. El título ayuda pero no es una panacea. Buscamos ese tipo de perfiles pero no es una garantía.

P ¿Ve cercana la recuperación de los mercados?

R Es complicado. El entorno económico no es muy halagüeño. Los mercados han caído mucho y el crecimiento de las economías no permite ser muy optimista en las Bolsas, al menos por el momento. Tendremos unos meses razonablemente buenos si el petróleo cae, que es lo que yo creo que hará, hasta los 40 dólares y ese movimiento ayudará a los mercados a subir, sobre todo una vez desaparezcan la incertidumbre de los comicios estadounidenses.

P ¿El final de la crisis económica ya está cerca?

R Estamos en un gran ciclo de corrección de los excesos del pasado. Del año 95 a 2000 hubo un exceso de inversión por parte de las compañías, que produjo un endeudamiento enorme y una dificultad para el consumo y la inversión. Ante esto, o bien se produce una crisis atroz o bien estás años depurando los excesos del pasado. Y en Europa y EE UU aún nos quedan un par de años o tres para purgar los excesos de los 90. Esto sumarán ocho años de recuperación en los que no habremos tenido un gran boom económico. Actualmente, estamos en un ciclo de corrección. Antes hemos disfrutado de 10 años de un crecimiento brutal y eso se acabó y lo ha hecho con una mínima recesión que no ha servido para depurar los excesos.

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