Arroces en la huerta murciana
El restaurante Finca Santiago (Calle del Palmeral, sin número. Espinardo, a unos 8 kilómetros de Murcia, Teléfono: 968.830.161) es uno de esos restaurantes que no sale habitualmente en los papeles, pero registra lleno diario, gente que normalmente repite, atraída por la calidad de sus arroces y los precios más que razonables.
Abierto en 1996, en la pedanía de Espinardo, junto al cementerio, el restaurante es una finca agrícola con chalet residencial en el que se encuentran los comedores, una propiedad en medio de la huerta murciana rodeada de frutales, con huerto propio del que se abastecen.
El salón principal se divide en dos espacios, separados por una fila de toneles de madera. De estilo rústico (lo que no es óbice para que sustituyan los manteles azules de papel por unos de tela), luminoso y agradable, se prolonga en una terraza acristalada con vistas al jardín de limoneros, naranjos e higueras.
En la cocina mandan los productos de la huerta y los arroces al estilo murciano, en paelleras amplias, de poca profundidad, que permiten que lleguen en su punto. Se puede comer a la carta, pero los clientes prefieren decantarse por alguno de sus menús a precio fijo (lo ideal es encargarlos en el momento de la reserva). Todos empiezan con un picoteo: fideos de fiambre aliñados, cogollitos de lechuga con encurtidos (tallos, tápenas y cebolletas), un cuenco con sobrada y pan tostado, paté de la finca y salmón al eneldo. Con los platos principales llegan los menús. En el de 22 euros se pueden tomar distintos arroces: de conejo con serranas (caracoles), de verdura, pescado y marisco o de ave (perdiz con foie) o, si se prefiere, paletilla de cordero al horno de leña. El menú degustación (28,50 euros) ofrece arroces más cordero y una tercera opción (25,50 euros) rinde tributo a la carne, a elegir entre solomillo, entrecot, costillas de cabrito o algún pescado de temporada. Las tres opciones incluyen postres (tartas y carretilla de frutas), café, bebidas de aperitivo, agua y vino de la casa (Jumilla). La bodega apuesta por los vinos de la zona: Jumilla, Yecla, Bullas y otros tintos riojanos, de la Ribera o el Somontano.