Bruselas denuncia a Alemania por blindar Volkswagen
Berlín ha logrado agotar la paciencia de la Comisión Europea. Bruselas anunció ayer su esperada decisión de llevar al Tribunal de la UE al Estado alemán por no haber modificado la llamada ley Volkswagen, que impide que ningún accionista pueda superar el 20% de los derechos de voto, independientemente de cuál sea su participación.
Esta ley protege el capital del principal fabricante de automóviles de Europa ante posibles opas hostiles, lo que Bruselas considera un impedimento a la libre circulación de capitales. Por ello, ha urgido a las partes que eliminen esas trabas, que incluyen además la necesidad de una mayoría de más del 80% de los votos para tomar decisiones de importancia en el consejo.
Ambas restricciones se remontan a 1959. En aquel año, el Gobierno federal y el land de Baja Sajonia se reservaron sendas participaciones del 20% del capital. El Gobierno federal vendió su participación, no así el Estado de baja Sajonia, que mantiene un 18,1%. La citada ley también dispuso que, mientras fueran accionistas de la empresa, el Gobierno federal y el de Baja Sajonia tendrían dos representantes cada uno en el Consejo de supervisión, integrado por 20 personas. De los consejeros, sólo la mitad representan a los accionistas. La otra mitad corresponde a la plantilla. Por lo tanto, las autoridades públicas pueden designar directamente a cuatro de los 10 miembros que se sientan en delegación del capital del grupo.
El anuncio de la denuncia no ha sorprendido a nadie, si bien ha sido motivo de lamentaciones. La primera provino del land de baja Sajonia, que en boca de un portavoz aseguró estar 'tranquilo' y 'confiado'. El comité de empresa de VW aseguró que la denuncia 'representa una amenaza para la seguridad en el empleo'.
Estos argumentos fueron discutidos ayer por el comisario de la Competencia, Frits Bolkenstein, quien pidió a Alemania que 'abrazase el mercado libre' y que dejase de actuar de 'protector'. 'Esta ley supone que nadie pueda absorber a VW. Pero VW lleva años absorbiendo empresas como Seat o Lamborghini', declaró a Reuters. El proceso se dilatará al menos durante dos años.
La denuncia supone una suerte de venganza de Bolkenstein hacia el Estado alemán, su auténtica bestia negra durante su mandato, que ahora acaba. Fue precisamente el Ejecutivo de Gerhard Schröder quien echó por tierra su directiva de opas en 2001. Además, Volkswagen ha sido el centro de buena parte de los esfuerzos del austríaco, aunque sin demasiados éxitos.
El pasado mes de diciembre, el Tribunal de la UE anuló una multa de 31 millones al fabricante por impedir que sus concesionarios vendieran el modelo Passat por debajo del precio recomendado. La Comisión Europea también investiga al consorcio que preside Bend Pischetsrieder por supuestas presiones de su filial Audi a los concesionarios, a los que supuestamente impide que compren vehículos de su gama a suministradores particulares.
IG Metall ve avances en las negociaciones
El sindicato IG Metall está dispuesto a 'suavizar' su exigencia de un alza salarial del 4% para la plantilla en Alemania, después de que la dirección de la empresa se comprometiera a garantizar el mantenimiento de la plantilla. Trabajadores y empresa están protagonizando una tensa negociación para renovar el convenio colectivo. El portavoz de IG Metall Joerg Koether indicó ayer que 'todo el mundo sabe que la pretensión de subir los salarios un 4% no puede implementarse por completo, igual que VW no puede mantener su idea de congelar los sueldos'.